El salón mundial de la telefonía móvil (MWC) arrancó este lunes en Barcelona, convirtiéndose en uno de los grandes eventos profesionales a nivel mundial que vuelven a celebrarse de forma física desde el comienzo de la pandemia de covid-19, aunque en versión reducida.

«Es absolutamente increíble estar de vuelta aquí, en este escenario, en Barcelona», aseguró Mats Granryd, director general de la asociación de operadores de telecomunicación GSMA, que organiza el salón, en su discurso inaugural.



El MWC, evento clave para el sector de las nuevas tecnologías que suele celebrarse a finales de febrero, fue pospuesto para desarrollarse del 28 de junio al 1 de julio debido a la pandemia y concebido en un modo híbrido que alternará conferencias virtuales con expositores instalados en el palacio de Congresos de Barcelona.

Decenas de personas hacían cola en lunes por la mañana frente a un gran centro de test de covid-19, obligatorio para entrar en el lugar.



Los participantes deberán llevar en todo momento una mascarilla FFP2 de seguridad reforzada, rellenar cada mañana una declaración certificando que no tienen ningún síntoma de la enfermedad, además de circular por los pasillos en un sentido predefinido.

La edición de 2021 será muy reducida debido a la ausencia física de numerosos grandes fabricantes, tras la anulación del año anterior, decidida justo antes de los grandes confinamientos mundiales de la primavera boreal de 2020.

Los pesos pesados del sector -como el coreano Samsung, el finladés Nokia, el sueco Ericsson o los estadounidenses Google y Facebook- solo participarán telemáticamente, por miedo a los contagios.

El chino Huawei, objetivo de sanciones estadounidenses que hunden sus ventas, será el mayor grupo con presencia física, junto a operadores de telecomunicaciones como Orange o Telefónica.

Al contrario que en años anteriores, ningún gran fabricante anunció la presentación de un nuevo teléfono en Barcelona, aunque sí que se espera que algunas pequeñas empresas chinas o europeas desvelen sus nuevos aparatos.

La organización ha fijado un tope de 50.000 visitantes, por precaución, aunque no se espera que se superen los 35.000. En ediciones anteriores hubo 100.000 participantes, según los organizadores.

El salón solo ocupará tres pabellones del Palacio de Congresos, frente a los ocho a los que llega habitualmente.

Uno de los principales potentes será el magnate de la tecnología Elon Musk, que intervendrá a distancia el martes.

Las conferencias analizarán también el despliegue mundial de las redes de internet ultrarrápidas 5G, el aumento de la demanda de objetos conectados y la telemedicina, esto último propiciado por la pandemia.