Puerto Príncipe, Haití. La búsqueda de los asesinos del presidente haitiano Jovenel Moise se aceleró el jueves, con operativos policiales en Puerto Príncipe, la capital de un país al borde del caos.

Tiendas, bancos, puestos de gasolina y pequeños comercios cerraron sus puertas en una ciudad en tensión, a la que se suma una controversia sobre la transición del poder, con dos hombres reclamando la posición de primer ministro.



La policía dijo haber matado a cuatro «mercenarios» que supuestamente integraron el comando que acribilló en su casa a Moise en la madrugada del miércoles, y arrestado a seis sospechosos.



«De los asaltantes, seis están en manos de la policía y cinco autos fueron recuperados. Lamentablemente la gente incendió tres», dijo el jueves el jefe de la policía nacional haitiana, León Charles, en conferencia de la prensa.

«Ya tenemos a los autores físicos y estamos buscando a los autores intelectuales» del magnicidio, afirmó.

Uno de los detenidos es un ciudadano estadounidense, dijo a la AFP Mathias Pierre, ministro encargado de asuntos electorales.

El Departamento de Estado, sin confirmar el arresto de un ciudadano estadounidense, anunció el jueves que había aceptado ayudar a la policía haitiana con la investigación.

Varios «posibles autores» del crimen «se refugiaron en dos edificios» de Puerto Príncipe y «están rodeados por la policía», dijo de su lado a periodistas de Nueva York la enviada de la ONU para Haití, Helen La Lime.

Se cerró el aeropuerto de la capital al igual que la frontera con República Dominicana, país con el que Haití comparte la isla La Española. Y se decretó un duelo nacional de dos semanas.

 

– «¿Dónde estaban?» –

 

En Haití todos están en alerta y tratan de entender cómo pudo ocurrir el magnicidio.

«¿Dónde estaban los policías bien equipados que vigilan al presidente día y noche? ¿Por qué no reaccionaron?», se preguntó Julia, una abogada de 28 años.

La fiscalía de Puerto Príncipe se hace la misma pregunta, por lo que ordenó interrogar a los dos responsables de la seguridad del mandatario.

«Si eres responsable de la seguridad del presidente, ¿dónde estabas? ¿Qué hiciste para evitarle este destino al presidente?» se preguntó Me Bed-Ford Claude, comisario del gobierno de Puerto Príncipe y encargado de iniciar los procedimientos judiciales en nombre de la sociedad haitiana.

Ante una comisaría de la policía en Petionville, en las afueras de Puerto Príncipe, los vecinos aclamaron a los agentes por haber detenido sospechosos y pidieron linchar a los presuntos agresores.

La comunidad internacional lanzó inmediatamente su voz de alarma. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que fue un acto «atroz».

En tanto, a pedido de Estados Unidos y México, el Consejo de Seguridad de la ONU discutió a puerta cerrada este jueves durante una hora la crisis haitiana.

 

– Vacío político –

 

El crimen desestabiliza aún más al país más pobre de las Américas, que ya estaba sumido en una crisis política y de inseguridad, plagado de pandillas que entre otros delitos se dedican a los secuestros extorsivos.

A las interrogantes sobre la búsqueda de los autores del ataque se suman las referentes al futuro del país, empezando por su gobernanza.

Dos hombres pretenden actualmente conducir el país de 11 millones de habitantes, la mitad de los cuales tiene menos de 20 años.

Una de los últimas decisiones políticas de Moise, de 53 años, fue designar el lunes a Ariel Henry como nuevo primer ministro. Pero Henry aún no había asumido el cargo.

Y horas después del asesinato, fue el primer ministro en funciones, Claude Joseph, quien impuso el estado de sitio y reforzó las potestades del Poder Ejecutivo. Se supone que esto último debería durar 15 días.

«¿Hay varios primeros ministros nombrados en el país?», se preguntó Henry y aseguró que Joseph era solo ministro de Relaciones Exteriores.

La oposición también acusó a Joseph de acaparar el poder.

Helen La Lime estimó que Joseph representa a la autoridad responsable mientras Henry no había prestado juramento, en alusión a un artículo de la Constitución haitiana que establece que en caso de vacante presidencial, «el Consejo de Ministros, bajo la presidencia del Primer Ministro, ejerce el poder ejecutivo hasta la elección de otro presidente».

Pero el defensor de los derechos humanos Gédeon Jean calificó ante la AFP de «sospechoso» el afán del primer ministro en funciones por declarar el estado de sitio y esa suspicacia lo lleva a «prever un intento de golpe de Estado».

Y Haití ya estaba sumido en una crisis institucional. Moise no convocó a elecciones tras su arribo al poder en 2017 y el país carece de Parlamento desde enero de 2020.

Acusado de inacción ante la crisis y enfrentado a buena parte de la sociedad civil, Moise gobernaba principalmente por decreto.