Estados Unidos volvió a sancionar a Cuba el viernes, apuntando contra la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y sus altos responsables y prometiendo nuevas medidas salvo que haya «cambios drásticos» en la isla bajo la égida comunista, lo cual La Habana otra vez rechazó.
«Habrá más a menos que haya algún cambio drástico en Cuba, que no anticipo», dijo el presidente Joe Biden el reunirse en la Casa Blanca con líderes cubano-estadounidenses tras las recientes manifestaciones históricas en decenas de ciudades cubanas.
La PNR, así como de su director, Oscar Callejas, y su subdirector, Eddy Sierra, fueron sancionados por «reprimir las protestas pacíficas y prodemocráticas» que estallaron el 11 de julio en el país, según un comunicado del Tesoro.
Acusados de «graves violaciones de derechos humanos», fueron vedados del sistema financiero estadounidense en virtud de la Ley Global Magnitsky, que permite a Estados Unidos castigar a quienes hayan cometido abusos de derechos humanos o actos de corrupción en otros países.
«La medida de hoy sirve para hacer rendir cuentas a los responsables de reprimir los llamamientos del pueblo cubano a la libertad y el respeto de los derechos humanos», afirmó la directora de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Tesoro, Andrea Gacki.
El gobierno cubano desplegó la PNR para «reprimir y atacar a los manifestantes», dijo el Tesoro, señalando que, en La Habana, agentes fueron fotografiados arrestando a miembros del Movimiento de Madres del 11-7, fundado para organizar a las familias de los presos y desaparecidos, y en Camagüey, un sacerdote católico fue golpeado y detenido por la PNR mientras defendía a jóvenes manifestantes.
El 11 y 12 de julio miles salieron a las calles en toda Cuba reclamando tener «hambre» y pidiendo el fin de la «dictadura», en medio de la peor crisis económica de la isla en décadas y de un fuerte aumento de los contagios y muertes por covid-19.
Las protestas, sin precedentes tras la revolución que llevó al poder a Fidel Castro en 1959, dejaron un muerto y decenas de heridos.
Cientos fueron detenidos y muchos enfrentan cargos por desacato, desorden público, vandalismo y propagación de la pandemia por supuestamente marchar sin mascarillas. Al menos 59 cubanos fueron procesados por participar en las manifestaciones, se informó oficialmente.
– «Listas espurias» –
Cuba rechazó «enérgicamente» la inclusión de la PNR y sus directivos «en listas espurias» de Estados Unidos, en un tuit del canciller Bruno Rodríguez.
«Estas medidas arbitrarias se suman a la desinformación y agresión para justificar bloqueo inhumano contra Cuba», escribió, en alusión al embargo de Washington contra La Habana que rige desde 1962.
«Al gobierno de Estados Unidos solo le interesa la maquinaria electoral de Florida», sede del mayor exilio anticastrista, aseveró, tildando de «farsa» la reunión de Biden con los cubano-estadounidenses.
En la cita, Biden insistió en que la situación en Cuba es «intolerable» a causa del «fallido régimen comunista».
«Estados Unidos está tomando medidas concertadas para impulsar la causa del pueblo cubano», señaló al recibir a destacados cubano-estadounidenses, entre ellos, el presidente del comité de Exteriores del Senado, el demócrata Bob Menéndez.
«Escuchamos sus voces y escuchamos los gritos de libertad que vienen de la isla», aseguró Biden.
A la cita asistieron el director del Partido Demócrata en Florida, Manny Diaz, el cubano Yotuel Romero, uno de los autores de «¡Patria y vida!», devenido en himno de las protestas, así como activistas de la causa cubana en Miami, como el productor musical Emilio Estefan, y el empresario Felice Gorordo, director ejecutivo de eMerge Americas.
Biden dijo que su gobierno está evaluando «todas las opciones disponibles» para proporcionar acceso a internet sin «censura» en Cuba, y viendo «cómo maximizar el flujo de remesas al pueblo cubano sin que los militares cubanos se queden con una parte».
También dijo que se estudia aumentar la dotación de personal de la embajada estadounidense en La Habana.
Todas estas iniciativas, ya anunciadas la semana pasada, son cuestionadas por la oposición republicana, que no deja de recordar que Biden fue el vicepresidente de Barack Obama, el mandatario que intentó un acercamiento a Cuba revertido luego por su sucesor republicano Donald Trump.
«La falta de liderazgo de Biden es una vergüenza y socava la causa de la libertad en Cuba y en todo el mundo», dijo el Comité Nacional Republicano en un comunicado.
El gobierno de Biden sancionó el 22 de julio al ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Álvaro López Miera, y a los «boinas negras», una unidad antimotines del Ministerio del Interior (MININT) desplegada durante las manifestaciones.
Pero el impacto de estas medidas se estima muy limitado, especialmente porque el MININT en su conjunto ya estaba en la lista de la OFAC y los funcionarios y entidades concernidos probablemente no tengan activos bajo jurisdicción estadounidense.