Primero, se pide a la población que permanezca en sus casas, luego se corta el fluido eléctrico y finalmente se depositan bananos en un extremo de la ciudad para atraer a los elefantes.

Así se desarrolla la rutina para recibir a una manada de 14 elefantes salvajes cuyo deambular por China desató una operación para conducirlos de vuelta a su casa, por zonas empinadas, sinuosas y a veces pobladas.



El grupo abandonó hace 16 meses su hogar en el sur, cerca de la frontera con Laos, atravesando plantíos de maíz, caña de azúcar, banana y pitaya en la provincia suroriental de Yunnan.



El público chino se ha deleitado siguiendo la marcha de los elefantes, incluidos sus desfiles por calles y cuando se echan a dormir en un campo abierto.

 

– Tarea paquidérmica –

 

Pero se trata de una tarea gigantesca para una treintena de bomberos forestales a cargo de conducir a los elefantes de vuelta a su casa. Les toca seguir a los animales que avanzan por la noche y pueden desaparecer en un bosque y caminar 30 km diarios.

Es lo más al norte de China que han llegado los elefantes silvestres asiáticos desde que se tienen registros, dijo Yang Xiangyo, jefe del equipo.

«Antes de esto, solo veíamos elefantes en el zoológico o la televisión», comentó.

El equipo de trabajo se formó en mayo cuando los elefantes se acercaron a Kunming, la capital regional.

Usando drones para seguir a los animales, los miembros del equipo duermen a la intemperie o en sus vehículos.

En una mañana reciente, miembros del equipo observaron en un televisor las imágenes que les enviaban sus colegas.

Al abrirse las nubes, aparecen las siluetas grises de los elefantes en un claro del bosque cerca de un poblado, donde buscaban alimentos con sus trompas antes de acostarse a descansar.

Vuelven a moverse al atardecer, y sus acompañantes se mueven con ellos.

Al acercarse a una población, usan altavoces y llaman a las puertas para pedir a los habitantes que se queden en casa, preferiblemente en el piso superior, fuera del alcance de los visitantes hambrientos.

También cortan la corriente eléctrica para evitar que los elefantes se electrocuten o provoquen incendios.

Una vez que pasan los elefantes, el equipo planea un nuevo destino al que irán cuando la manada reanuda su marcha al anochecer.

 

– Inteligentes y mortales –

 

El equipo forestal quedó asombrado por la inteligencia de estos animales.

Una hembra madura dirige el camino, encontrando siempre la mejor ruta para avanzar en busca de alimento y agua, o el punto más seguro para cruzar una quebrada, dijo Yang.

Usan ramas sujetas con sus troncos para ayudar a sus compañeros a rascarse, espantar insectos o, aparentemente, hacer dibujos en el suelo.

Utilizan el lodo como protector solar, y pueden elaborar un «sombrero» con hierba, y con sus trompas son capaces de abrir una llave de agua, una puerta, o levantar la tapa de un pozo, según Yang.

En el grupo hay tres jóvenes, dos de ellos nacidos durante la odisea, según los funcionarios. Los elefantes adultos han sido vistos usando sus grandes cuerpos para aplastar las barandillas de carretera y permitir que los jóvenes puedan pasar por encima.

Los medios chinos, controlados por el Estado, los presentan como adorables y una lección sobre conservación. Pero los elefantes, que pueden pesar hasta cuatro toneladas y correr tan rápido como Usain Bolt, son también extremadamente peligrosos, sobre todo si perciben una amenaza para sus crías.

Dos de ellos, que se habían escapado, pisotearon hasta la muerte a un aldeano en marzo, dijo Chen Mingyong, un experto en comportamiento de elefantes de la Universidad de Yunnan adscrito al grupo de trabajo. Un drama que no tuvo eco en la prensa nacional.

«Hay que enfrentarse a esto de forma directa. El elefante asiático es una bestia salvaje y tenemos que mantener una distancia de seguridad», dijo Chen. Los medios se mantienen alejados de los animales por motivos de seguridad.

 

– Una migración misteriosa –

 

La razón por la que estos paquidermos iniciaron su viaje sigue siendo un enigma.

Entre las posibles explicaciones se encuentra la pugna por los recursos debido al aumento de elefantes salvajes en su área.

Según Chen, el cambio climático también puede estar afectando a su hábitat, o bien las fluctuaciones del campo electromagnético de la Tierra pueden haber afectado su sentido de la orientación.

O simplemente pueden haber tomado un camino equivocado.

Los investigadores están especialmente perplejos sobre por qué los animales se dirigieron casi directamente a Kunming antes de volver al sur hace un par de meses.

Los elefantes suelen dar vueltas en torno a su búsqueda de comida, explica Chen. «Ha habido muchos comportamientos de los que antes no teníamos suficientes datos», asegura.

Han recorrido más de 700 kilómetros, dijo Yang, y aunque ahora se dirigen a casa, aún les quedan varios cientos más por recorrer.

Y parecen ir más despacio, sin querer apresurarse, dijo Chen.

Sin embargo, se espera que el clima fresco del otoño les haga regresar a casa, una perspectiva agridulce para Yang y su equipo, que se han encariñado con los animales.

«En cuanto [los rastreadores] ven a los elefantes en nuestros monitores, se sienten muy felices a pesar del duro trabajo y la fatiga», dijo.