Los niveles de delincuencia siguen causando preocupación en la población de mayor vulnerabilidad, que expresa sentirse desprotegida por la poca presencia de las autoridades policiales, a pesar de que el director de la institución asegura que la criminalidad ha descendido.

En barrios del Gran Santo Domingo los atracos a mano armada son parte del diario vivir, lo que es cada vez más atemorizador para las personas, que se ven obligadas a vivir encerradas en sus viviendas.



De acuerdo al periódico EL DIA, los moradores en barrios de Villa Mella narran cómo en los últimos días los delincuentes han sembrado el terror, donde con frecuencia asaltan colmados encañonando y acostando en el piso a quienes los atienden y a los clientes, para despojarles de dinero y de bienes.

Hace pocos días en el barrio Pumac, de Villa Mella, varios jóvenes armados penetraron a una vivienda en la que una familia celebraba un cumpleaños, y allí encañonaron y lanzaron al piso a niños y adultos, a quienes despojaron de celulares y prendas a los presentes.



“Yo estaba en el cumpleaños con mis tres hijos, llegaron y nos acostaron a todos boca abajo y nos atracaron”, dijo una de la persona involucrada, la cual asegura que permanece con el trauma causado por el momento que vivieron los que estaban en el cumpleaños y de pensar que le hicieran algo a los niños.

En ese y en otros sectores aledaños sus moradores viven atemorizados porque aseguran que los atracadores mantienen en zozobra a la gente, ante una tímida actuación policial.

A pesar de la intranquilidad, las personas acuden poco a poner querellas a la Policía Nacional, ya que algunos de los atracados consideran que a veces es peor hacerlo porque los delincuentes actúan con represión cuando se enteran que han sido denunciados, y alegan que los mismos agentes se encargan de informarles que han sido denunciados.