Hablar de Michael Jordan no es solo hacer referencia a uno de los mejores deportistas de la historia, sino también en una auténtica máquina de hacer dinero. Según la revista Forbes su fortuna asciende a más de 2.100 millones de dólares, aunque en el último año, según informan, podría haber caído más de un 20%. Sin embargo, este descenso parece no preocuparle en exceso, pues sigue gozando de una vida repleta de lujos en donde no escatima ni un céntimo (una prueba más de ello es su fastuoso yate con el que ha recorrido las costas mediterráneas este verano).
Dicen que uno de los puntos clave de la riqueza es la libertad que proporciona, y atendiendo a esta historia no hay duda de que es cierto. En una entrevista concedida por su exagente, David Falk, al programa Boomer & Gio de la WFAN, contó una de las anécdotas más llamativas sobre el astro de la NBA que no deja indiferente a nadie.
«Le llevé una oferta hace tres años por 135 millones de dólares y todo lo que tenía que hacer era una aparición de una o dos horas para anunciar un acuerdo, y lo rechazó», explicó -aunque no concretó exactamente de qué tipo de marca se trataba- y añadió que se encuentra en un punto en el que es muy selectivo con los proyectos que le ofrecen y, o le emocionan al extremo o prefiere no contar con ellos.
También detalló otra ocasión en la que rechazó una cuantiosa suma de dinero. Sucedió en un torneo de golf de un día en Filipinas durante la pretemporada de la NBA donde simplemente tenía que participar unas horas. El pago aquella vez era de 7 millones y tampoco le interesó. Un hecho bastante llamativo teniendo en cuenta que el golf es uno de sus deportes favoritos.
Ya se sabe que, a la hora de gestionar una marca personal, resulta imprescindible saber aceptar con atino las diferentes propuestas para hacer valer la cuantía de cada uno, pero no hay duda de que para rechazar una oferta de este calibre debe haber una gran confianza en las facultades de uno mismo. En el caso de Jordan, no le vino todo hecho.
¿Cómo ha creado su fortuna?
Obviamente el mundo del baloncesto ha sido el inicio de su meteórica y fructuosa carrera (hablando en términos económicos). En los casi 16 años jugando en la NBA ganó casi 94 millones de dólares, generando el 60% de estos ingresos en sus dos últimos años en los Chicago Bulls
Dejando a un margen las canchas, lo que realmente le reporta más beneficios es su contrato con Nike, que alberga una curiosa historia detrás, pues antes de presentar su proyecto a la marca, lo hizo a Converse y fue rechazado. Tras esto, acudió a Nike, que en aquel momento no era tan conocida, y con una inversión de 250.000 dólares, crearon la primera colección de zapatillas que tan solo el primer año generó más de 126 millones en beneficios. Posteriormente y en vista del éxito cosechado la marca creó la línea Jordan Brand gracias a la cual cada año obtiene unos 100 millones. En cuanto a su imagen y patrocinios, sigue colaborando con marcas ligadas al mundo del deporte como Gatorade o Upper Grade.
El mundo de las inversiones también es otra de sus grandes fuentes de ingresos. Posee el 90% de las acciones de su antiguo equipo, valoradas en 1.050 millones de dólares y también es accionista minoritario del equipo de béisbol Miami Marlins.
Pero no solo eso, no hay que olvidar su documental para Netflix, ‘The Last Dance’ gracias al cual se embolsó 4 millones y también sus incursiones en el mundo de la hostelería, con varios restaurantes a su nombre (y no contento con eso, fundó su propia marca de tequila de lujo, ‘Cincoro’). En definitiva, parece que la superestrella se puede permitir rechazar semejante cantidad de dinero, aunque la mayoría de los mortales no se lo pensarían ni un segundo.
Por: Marta Benayas Álamos en abc.es