Los riñones son los filtros del organismo. Se encargan de eliminar desechos y el exceso de líquido del cuerpo. También eliminan el ácido que producen las células del cuerpo y mantienen un equilibrio saludable de agua, sales y minerales en la sangre.
Gracias a este equilibrio, los nervios, músculos y más tejidos en el cuerpo funcionan de forma adecuada. Entre otras funciones, los riñones ayudan a producir hormonas para crear glóbulos rojos, controlar la presión arterial o mantener el buen estado de los huesos.
Los riñones juegan un papel muy importante, pero también se pueden enfermar hasta llegar a la insuficiencia renal aguda, situación que se da cuando estos órganos pierden la capacidad de filtrar los desechos de la sangre.
La insuficiencia renal aguda puede producirse cuando se tiene una enfermedad que reduce el flujo normal de circulación de sangre hacia los riñones, experimenta una lesión directa en los riñones o los uréteres de los riñones se obstruyen y los deshechos no pueden eliminarse del cuerpo a través de la orina.
Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de insuficiencia renal aguda se incluyen estar hospitalizado, sobre todo si requiere de cuidados intensivos; edad avanzada, enfermedad arterial periférica, diabetes, presión arterial alta, insuficiencia cardiaca, enfermedades renales, enfermedades hepáticas, algunos tipos de cáncer y sus tratamientos
Cuando los riñones pierden la capacidad de filtración, pueden acumularse niveles nocivos de deshechos, y puede desequilibrarse la composición química de la sangre. Esta insuficiencia -que afecta en especial a las personas que ya están hospitalizadas- puede ser letal y requiere de tratamiento intensivo. Pese a todo, esta afección puede ser reversible.
Entre los signos y síntomas se incluyen la disminución del volumen de orina excretado, retención de líquido, que causa hinchazón en las piernas, los tobillos o los pies; fatiga, náuseas, debilidad, ritmo cardiaco irregular, entre otros. No obstante, la insuficiencia renal aguda podría no presentar síntomas y solo se detecta a través de pruebas de laboratorio.
Si los riñones tienen problemas para su correcto funcionamiento, entonces se necesitará tratamientos, como la diálisis, para reemplazar las funciones que hacen normalmente. Otra opción más drástica será un trasplante renal.
Hable con su médico si presenta algunos de estos síntomas o si se encuentra entre los factores de riesgo. (I)
Fuentes: NIH | nefrologiaaldia | Mayo Clinic