“En República Dominicana no funciona de manera abierta la libertad de consentir una pareja externa al matrimonio”. “Por ser este un pueblo católico, no se permite desde el punto de vista religioso que los matrimonios caigan en este ‘modelo’ bochornoso”.

“Cada quien hace con su vida lo que entienda, pero no es cierto que una relación abierta se da entre personas que tengan valores y una formación de hogar”.



“Hay uniones que duran años porque cada uno se dedica a vivir su vida, pero esto no quiere decir que sea sano tener una relación abierta”.

Indica Marta Quéliz en el periódico Listin Diario, que estas cuatro citas son de igual número de profesionales que le echan una mirada desde el punto de vista psicológico, sociólogo y religioso al tema de las relaciones amorosas abiertas. Olga María Renville, Eduardo Esteban, Alberto Acosta y Sonia Ramírez son los nombres de quienes opinan respecto a la libertad dentro de una unión, ya sea por matrimonio o de unión libre.



“La verdad que es cierto que hay gente que se da permiso para la infidelidad. En nuestro país eso no es común, al menos cometer este hecho con el consentimiento de la pareja. Ahora bien, a escondidas, abunda. En países desarrollados sí es normal y se acepta este tipo de libertades, pero nosotros somos muy religioso y eso cuenta a la hora de caer en este tipo de modelo, que debo decir, abunda en otras naciones”, sostiene Renville, experta en Filosofía Mental.

De hecho, dice la especialista, hay mujeres que le admiten una relación paralela al esposo, pero éste jamás se la consiente a ellas. “El machismo no lo admite. Y esta es otra razón por la que aquí las relaciones abiertas no funcionan ‘abiertamente’ y me acepta la redundancia”. La psicóloga lo dice y al mismo tiempo comenta que para que estas se den deben quedar a un lado los celos, y en el país, eso abunda. De entrar en esa «moda» sería bueno apartar los celos y tratar de que esas relaciones externas no terminan acabando con su matrimonio, dice.

Para Esteban ver el tema desde el punto de vista sociológico es difícil. “¿Y sabes por qué? Sencillo. República Dominicana es un país de hombres machistas, de familias con unos principios basados en las creencias religiosas y sobre todo, con una población criada con formación de hogar, donde no se permite este tipo de libertades. Entonces, no es fácil romper estos esquemas de antaño”.

Sin embargo, el experto asegura que en los países latinos hay un índice alto de infidelidad, “de hombres con otra sucursal”, y mujeres que también “tiran su canita al aire”, pero todo se hace bajo discreción, salvo algunos casos en los que el hombre, tiene dos relaciones y, aunque la esposa lo sabe y sufre, lo acepta por distintas razones. Esto lo comenta el sociólogo.

No está de acuerdo con este “modelo” de relaciones abiertas o como él le llama libertades en las relaciones amorosas. A la larga esto trae conflictos, y cuando hay hijos, debe existir un respeto para que los patrones se basen en éste y no en la promiscuidad.

Plano religioso

Para el diácono Alberto no es nada gracioso que se promocione este tipo de temas. “Hasta que la muerte los separe” debe ser una frase que continúe por siempre, enfatiza nada contento con que existan parejas que apuesten a darse permiso para tener otra pareja fuera del matrimonio.

“En República Dominicana esto no procede. Hay países que tiene hasta cultura que promueven esta acción maligna, aquí eso no pasa”, al hacer este comentario admite que sí hay infidelidad aquí porque hay gente que cae en tentaciones y comete esos errores, pero de ahí a andar cada quién por su lado, no abunda entre los dominicanos.

La pastora Ramírez no opina diferente al diácono. “Ay no, claro que no. Esto no es sano y menos cuando sabemos que nos casamos para tener una familia, a la cual debemos darle buenos ejemplos. Aquí hay mucha infidelidad de ambas parte, pero de ahí a decir: ‘anda con quien quiera que yo haré lo mismo’, de ninguna manera. Creo que cuando la persona no se sienta satisfecha con su pareja, lo que deben es separarse si ya no hay nada qué hacer, y cada quien tomar su rumbo, pero nunca deben permitirse esas atrocidades de tener una relación abierta. ¡Señores, esto es fin de mundo!”, concluye la religiosa.