Santo Domingo. El politólogo y experto en seguridad ciudadana, Daniel Pou Suazo, consideró que el nuevo director de la Policía Nacional, mayor general Eduardo Alberto Then, tiene una gran oportunidad en sus manos para demostrar su capacidad de gestión.
Pou Suazo dijo que con su impronta Alberto Then puede ir sentando las bases para que la transformación anunciada por el presidente de la República, Luis Abinader, se pueda dar y pueda avanzar de una manera pertinente.
Explicó que esas medidas tocarán aspectos medulares como el tema financiero, la educación, la evaluación y selección del personal, así como otras medidas que pretenden conferirle mayor racionalidad al cuerpo del orden.
Reiteró que con esas acciones podrían potencializarse sus poderes de transformación.
Sin embargo, afirmó que no cree que su designación haya concitado muchas expectativas en la población, porque la mayoría de los dominicanos ha tomado conciencia de que la Policía Nacional necesita una transformación radical para poder conjurar los males que desde allí se generan.
Destacó que durante años esa institución ha tenido una serie de directores con diferentes estilos, que han marcado bastante la imagen del organismo. “No creo que esta nueva designación pueda crear esas grandes esperanzas en la población”, expresó al ser entrevistado en el programa Toque Final con Julio Martínez Pozo que se transmite por Antena 7.
Pou Suazo explicó que la Policía presenta situaciones estructurales y sistémicas que sólo podrán ser erradicadas de mediante un influjo soportado sobre una férrea voluntad política, procurando que desarticule todos esos entramados de poder que se dan en su interior.
Indicó además, que tales situaciones se producen por el exceso de discrecionalidad que se le ha conferido a la institución policial, que a su juicio, se ha convertido en el monstruo que lleva en sus entrañas y que amenaza con su destrucción.
El experto en seguridad ciudadana agregó que no es posible que un cuerpo policial no practique la evaluación de su personal, no tenga la capacidad de racionalizar sus recursos humanos y que tampoco aprecie las potencialidades de cada uno de sus miembros.