En la República Dominicana al igual que la mayoría de las naciones, la seguridad de los mandatarios es muy estricta: decenas de hombres armados y entrenados para eliminar cualquier amenaza.

En el caso de Luis Abinader el número de agentes y equipos a su alrededor han sido engrosados en los últimos días, lo que coincide con los eventos de la inseguridad en Haití y y las detenciones de oficiales de alto rango acusados de corrupción, que antes pertenecían al Cuerpo Especializado de Seguridad Presidencial (Cusep).



Indica el Diario Libre que aparte de los agentes de (Cusep), a los cordones en las rutas del presidente se han añadido miembros de la Policía, de tránsito y de la Comisión Militar y Policial. En los encuentros también se han sumado miembros del ejército equipados con instrumentos para búsqueda de explosivos.

Homero Figueroa, director de Comunicación y vocero de la Presidencia, indica que el reforzamiento de la seguridad se debe a simple rutina y que no hay razones particulares para hacerlo.



El los últimos días el presidente Abinader ha agotado una agenda apretada visitando algunas provincias y diciendo presente en varias actividades, como inauguraciones, primer palazo y rolazo, reuniones y almuerzos.

Solo ayer jueves el mandatario asistió a once actividades, entre ellas, donó sangre durante la apertura del Homocentro Nacional. También visitó dio el primer picazo para dar apertura a la construcción de viviendas en el sector Las Marinas, entre otras.

Para este viernes desarrollará una amplia agenda en la región Este del país, donde sostendrá encuentros con el sector empresarial, agropecuario, dará varios picazos de obras y culminará con una cena de gala, en la Asamblea General de Municipios. Los lugares que visitará este viernes son Punta Cana y El Seibo.

El Cusep se refuerza

Entre las adquisiciones del general Celin Rubio Terrero, director del Cusep, están dos perros entrenados en Miami, se instaló en el Palacio un equipo de comunicación autónoma por si los tradicionales fallan, y aunque Abinader no suele andar por agua, pero también se añadieron buzos al equipo de centinelas del mandatario, según la rendición de cuentas de la institución.

Cuando se mueve por el Gran Santo Domingo, la avanzada dispone medidas hasta una hora antes en las vías de la ruta, lo que inquieta a los transeúntes, debido a que los acostumbrados tapones se alargan al triple.

Y una vez en las actividades, se colocan varios cercos de agentes, y cada persona es registrada previamente.

Otra acción de seguridad es que en las reuniones que organiza el mandatario con sus ministros y directores, así como las juntas de vecinos, cada persona debe dejar su celular en la puerta y recogerlo a final de la asamblea.

En la casa de Gobierno, hay un protocolo que cuando el jefe de Estado sale o camina a su despacho nadie, ni los empleados, pueden estar en los pasillos.

Los periodistas que cubren el Palacio, conscientes de esas normas, van a esa fuente con la orden de conseguir la última información del presidente. De igual manera, los agentes que vigilan la casa de Gobierno tienen el mandato de evitar el flujo de persona por ciertas áreas.

Estos choques de órdenes a veces provocan fricciones, debido a que los agentes quieren acordonar a los periodistas en una zona que les impide trabajar.

El último incidente seguridad-prensa fue en la reunión de este jueves de Abinader con los motoconchistas. Dos periodistas fueron impedidas de entrar al Salón Las Cariátides sin razón alguna, pese a estar debidamente depuradas y con credenciales.