Los militares apostados en la frontera con el vecino país de Haití realizan su labor en condiciones deplorables, lo que dificulta o pone en dudas la tarea de protección en denominado «Cerco Fronterizo» ante la crisis generada, tras la muerte del expresidente de Haití, Jovenel Moise.
Ante el anuncio del general del Ejército Dominicano, Julio Ernesto Florián Pérez, de reforzar la seguridad en el cordón fronterizo, pasa el tiempo y surgen denuncias de los propios militares, sobre las penurias en que realizan sus labores.
Denuncian que una dieta que se les otorga de RD$3,500 pesos, que devengan para su subsistencia en la frontera, se le paga con mucho retraso. Esto les obliga a hacer ingentes esfuerzos para la alimentación de quienes resguardan la frontera con el vecino país.
Externan la queja ante el Ministro de Defensa, Carlos Luciano Díaz Morfa, para que de manera rápida se solucione la situación. Según informan duran 21 días y hasta más. En el caso del grupo pasado que duraron sus 21dias, más 8 o sea, 29 y aún ambos grupos esperan por el pago de los 3,500.
Indica CDN que en la mayoría de los casos cumplen el tiempo reglamentado y no le depositan la dieta con la cual deben cubrir sus gastos, sobre todo de alimentación. Por lo que se ven expuestos a cualquier acto de vulnerabilidad.
“Es una situación difícil a la que se exponen los militares y que contradice mucho de la seguridad que deben brindar. Es como poner al ratón a cuidar el queso; esos pobres guardias para cumplir con sus tareas lo hacen por la caridad de la gente. Estos donan arroz, aceite y cualquier artículo que le permita comer malamente” relata una fuente cuyo nombre se omite para cubrir su integridad.
Califican un abuso del alto mando militar exponer esos militares a la situación en la que se exponen a la hora de realizar su trabajo.
Ante las quejas por la desprotección por parte del alto mando militar podría, en vez de disminuir, motivar el hecho de que descuiden sus tareas. O se tornen más vulnerables, ante lo que se ha denunciado siempre.
Los denunciantes, temen que por esta razón se fomenten en los guardias, el paso de ilegales y de todo tipo de contrabando. Logrando así que se convierta en un boomerang, que desdice de las labores de protección a las fronteras que enarbola el alto mando militar ante la crisis haitiana.
