El cerebro es el centro de control del cuerpo, regula los pensamientos, memoria, habla, movimientos y la función de muchos órganos. Cuando el cerebro se encuentra sano, funciona de forma rápida y automática, sin embargo, cuando ocurren problemas, los resultados pueden ser devastadores.
La inflamación en el cerebro puede conducir a problemas tales como pérdida de la vista, debilidad, parálisis, e incapacidad de pensar con claridad. Si bien algunas enfermedades cerebrales son genéticas, en otras, como la enfermedad de Alzheimer, se desconoce la causa.
Los ácidos graso Omega 3, vitaminas B, C y E, antioxidantes, flavonoides, colina, y triptófano, entre otros, son elementos que favorecen el rendimiento del cerebro y la producción de neurotransmisores, que son los encargados de pasar la información de una neurona a otra, e influyen positivamente en las capacidades cognitivas. Estas son las mejores opciones para obtenerlos:
Pescado azul
Atún, sardinas, anchoas, salmón o anguila son algunos de los pescados azules que deben formar parte de la dieta para mejorar el rendimiento del cerebro, gracias a su alto contenido en ácidos graso Omega 3 (un tipo de grasa que el cuerpo no puede crear). Según la evidencia científica, quienes registran bajos niveles de esta sustancia con más frecuencia tienen problemas de memoria.
Frutos secos
Los frutos secos, especialmente las nueces, almendras y avellanas, protegen al cerebro y ayudan a preservar la memoria por su alto contenido en vitamina E. Los especialistas explican que esta vitamina se vinculó en distintos estudios con un retraso en el avance de la enfermedad de Alzheimer y una mejor actividad neuronal.
Aceite de oliva
Otro alimento estrella para el cerebro es el aceite de oliva extra virgen, protagonista indiscutido de la famosa y recomendada dieta mediterránea. El consumo habitual de este aderezo mejora la memoria verbal, es decir, la capacidad para recordar palabras o situaciones verbalizadas.
Frutos del bosque
Incluye fresas, cerezas, arándanos o frambuesas, entre otras, y comerlas ayuda a mantener la agudeza mental y disminuye la pérdida de memoria. Los especialistas creen que la capacidad de estas bayas para obstaculizar el deterioro cognitivo es posible gracias a que poseen compuestos antiinflamatorios y antioxidantes, como los flavonoides.
Alimentos integrales
Arroz, avena, cebada y otras harinas integrales son grandes estimulantes del cerebro, ya que contienen una gran cantidad de ácido fólico y vitamina B6, muy importante para su correcto desarrollo. Además, al ser ricos en fibra ayudan a que los alimentos se absorban lentamente y el cerebro reciba la cantidad adecuada de glucosa.
Huevos
La yema de huevo contiene colina, un nutriente que pertenece al grupo de las vitaminas B que fortalece la conexión nerviosa de las neuronas. Según distintos estudios, el aumento de la ingesta dietética de colina puede mejorar el rendimiento cognitivo y ofrece protección contra la pérdida de memoria.
Ajonjolí o sésamo
El ajonjolí o sésamo es una excelente fuente de aminoácidos y de triptófano, un precursor de las hormonas melatonina y serotonina que se relacionan con el buen humor y el aprendizaje. Además, los profesionales señalan que sus semillas representan la mayor fuente de fitoesteroles.
Manzana
El consumo del jugo de manzana puede aumentar la producción en el cerebro del acetilcolina, un neurotransmisor que mejora la memoria y transmisión de mensajes a otras células. Dicha comunicación es vital para prevenir ciertos tipos de demencia, como la enfermedad de Alzheimer.
Vegetales de hoja verde
A través de ensayos clínicos se conoció que comer tres porciones de vegetales de hoja verde al día puede retrasar el deterioro mental en un 40% y preservar la agudeza mental. La expertos también encontraron que la ralentización del declive cognitivo es mayor en las personas de mayor edad que comían por lo menos dos porciones de vegetales al día.
Chocolate amargo
Distintos investigadores concluyeron que beber dos tazas de chocolate caliente a diario durante un mes mejora la puntuación en test cognitivos y aumenta el flujo de sangre que llega al cerebro. Además, estimula la producción de endorfinas, que mejoran el estado ánimo, y, gracias a que tienen cafeína, ayudan concentrarse.
Té y café
La cafeína en tu taza de café o té puede ofrecer más que un simple impulso de concentración a corto plazo. Al igual que con el chocolate, los especialistas señalaron que quienes beben regularmente estas infusiones obtienen mejores puntajes en las pruebas de función mental. Incluso se cree que la cafeína también puede ayudar a solidificar los recuerdos.
Fuente Holadoctor.com