Santo Domingo. La psiquiatra Alexandra Hichez afirmó que la salud mental debería de ser instaurada desde que el niño y la niña empiezan a asistir a los primeros cursos en los centros educativos, tras informar que en los países desarrollados a los infantes entre cinco y siete años de edad se les asignan terapeutas.
La especialista Hichez considera que la salud mental no debe ser vista como una atención exclusiva a un momento de la vida, sino que es necesario ir creciendo con ella para aprender a resolutar cada una de las situaciones y los cambios que como individuos se llega a tener.
Explicó que en los países tercermundistas, no solamente los latinos, no hay cultura de salud mental y se ve la atención como exclusiva para aquellas personas que tienen una afectación psiquiátrica pura.
¨Ejemplo de ello es, sin que la palabra resulte con una connotación peyorativa, dicen: yo no voy para el psiquiatra porque yo no estoy loco. Sin embargo, la salud mental no se trata solamente atender a aquellos pacientes que tienen enfermedades psiquiátricas graves sino que hay diferentes aspectos y debemos de entender que esta forma parte de la canasta básica y es tan imprescindible que nos va a ayudar a desarrollar las herramientas pertinentes para poder llevar una vida sana¨, asegura la especialista.
Precisó además, que los síntomas, la mayoría de las condiciones anímicas, ansiosas o condiciones psicológicas pasan totalmente desapercibidos frente a las personas que rodean al quien las padece e informó que se necesitan entre cinco y quince años antes de que un paciente que tiene una condición llegue a manos de un especialista.
Entrevistada en el programa Toque Final con Julio Martínez Pozo que se transmite por Antena 7, indicó que por eso es que se ven muchos casos en los que el paciente toma una decisión desacertada de manera abrupta, ocurre algo muy aparatoso y todos los que están o han convivido con él se lo cuestionan. Enfatizó en que hay indicios muy puntuales como el retraimiento, los cambios de patrones conductuales, la apatía, el poco disfrute de las cosas, entre otras que regularmente el paciente realizaba.
Cuando se habla de ese evento filosófico o ese fenómeno que es el suicidio se debe que tomar en cuenta que se presenta mayormente en los dos extremos de la vida, personas muy jóvenes y adultos mayores, o sea, hay unas estadísticas generales, pero enfatizó, que en el país se ve entre los 15 y 35 años el mayor número de personas que se suicidan y por encima de los 65 años.
Explicó que hay un grupo que no es el mayor que va entre los 35 y 55 años y que generalmente cuando alguien tiene esa edad comete suicidio es producto quizás de algunos problemas económicos, laborales o alguna ruptura amorosa, pero en la primera etapa de la vida y al final siempre es por algún padecimiento de un trastorno anímico o ansioso de base.
Afirmó que el suicidio es todo un fenómeno que no se puede ver como una sola entidad del hecho, sino que viene con una anticipación de la formulación de toda una estructura que da cabida a la decisión final.
La especialista en salud mental explicó que si el paciente tiene una muy buena intervención en su momento, puede de una manera muy directa y contundente, impactar su vida de manera positiva tratando la condición básica que pudiera ser algún tipo de enfermedad llámese depresión, ansiedad, estrés postraumático y duelo patológico, entre otros.
Dijo que los mismos pacientes bipolares y los esquizofrénicos llegan a tener en un momento de presentación de alguna crisis la idea suicida y obedecer a esta.
Sin embargo, una intervención adecuada del psiquiatra puede hacer que desaparezca la intencionalidad suicida, no la postergación. “La postergación solamente ocurre en aquellos pacientes que tienen trastorno de personalidad y ahí entra la ambivalencia del ser, del existir y entonces cada vez que se encuentra en una posición que siente que no tiene el control ve como una alternativa el ya no querer existir¨, expresó.
Explicó además, que tener éxito no significa que las personas sean felices y a veces resulta ser solamente el resultado de esas carencias y vacíos existenciales que puede tener la persona de ocupar todo el tiempo en una actividad que lo vuelva productivo y por ende, exitoso, pero no así sus emociones , sentimientos y vida íntima.
Hay personas que pueden padecer algún trastorno anímico, alguna situación que se traduce en la no felicidad e incluso, llegar a ver el éxito obtenido como un premio no merecido y empezar a subestimar lo que pueden ser las condiciones y las cualidades que él o ella tiene como persona.
Destacó que muchas personas exitosas del medio y de todos los ámbitos sociales han tomado como parámetro o como opción el suicidio y todo el que está a su alrededor que se entera en el momento que ocurre se cuestiona pero si él tenía esto o lo otro, si a él o a ella le iba muy bien, pero emocionalmente tenían sus conflictos y al final deciden terminar como ellos dicen en los argumentos y en las cartas que dejan: terminar con su sufrimiento.