28.000 dólares por reparar la batería dañada de un Ford Mustang Mach-E

El propietario de un Ford Mustang Mach-E sufrió una avería que le obligó a detenerse por completo “de manera segura” según le advirtió el propio vehículo, viéndose obligado a llamar a una grúa para que lo llevase al taller. Su sorpresa fue mayúscula cuando este le entregó una factura de reparación que no solo incluía la avería original. También añadía 28.000 dólares extra porque el suelo plano de la grúa había dañado gravemente la batería.

La mayoría de los vehículos eléctricos actuales cuentan con una plataforma que permite que la batería, el elemento más pesado y más caro de cuantos los componen se sitúe en el suelo del vehículo, bajo el habitáculo. Esta situación ofrece varias ventajas como no ocupar espacios que pueden ser aprovechados para situar otros componentes, distribuir su peso a lo largo de todo el vehículo y reducir la altura del centro de gravedad favoreciendo la dinámica de conducción, también tiene sus inconvenientes.

El propietario de este Ford Mustang Mach-E ha descubierto un punto débil de estas arquitecturas. Así lo ha publicado a través de un foro dedicado exclusivamente a este modelo, macheforum.com. Allí describe el viaje que realizaba desde su casa en Canadá hasta su lugar de vacaciones en Florida. En el trayecto se encendieron varios testigos de seguridad en el tablero de instrumentación junto a una advertencia que decía que “se detuviera a un lado de la carretera de manera segura”. El servicio de asistencia Ford Roadside Assistance atendió su llamada e inmediatamente le envió una grúa.

La grúa que cubrió el servicio era de plataforma, una tipología muy habitual para transportar vehículos que no pueden moverse por sí mismos. El problema es que para realizar la operación el vehículo debe ascender por la plataforma inclinada y esta maniobra puede tener consecuencias muy desafortunadas si no se hace correctamente. Y eso fue lo que lo ocurrió. Según el propietario, la batería quedó dañada al subirla a la plataforma y acredita este hecho con algunas fotos debajo del vehículo. La reparación, según el taller que recibió el automóvil ascendía a la nada despreciable cantidad de 28.000 dólares.

En el mismo foro, otra publicación de un usuario del mismo advierte que es un problema común a todos los Mustang Mach-E, que deben remolcarse de una manera correcta para no ser dañados. En los modelos norteamericanos no existe un gancho desde el que tirar mediante el cabrestante para ascenderlos a la plataforma. Sin embargo existen unos puntos de anclaje delante de las ruedas delanteras, según se ve en esta imagen publicada en Twitter.

También advierte que hay unos agujeros en los tubos de aluminio cuadrados debajo de los paneles laterales que no están destinados a soportar el peso del vehículo y que no deben confundirse con esos puntos de ancalje. Estos pueden romperse cuando se les conecta el cabrestante y la consecuencia es la ruina de la batería. El precio indicado por el taller, no es el de la reparación, sino el precio de reemplazar la batería completa, que en muchas ocasiones puede exceder el seguro de responsabilidad civil del operador de la grúa.

En la publicación también se advierte que el eje trasero se bloquea cuando el vehículo está apagado, por lo que es necesario poner la palanca en la posición neutral o de remolque de emergencia (para velocidades de menos de 50 km/h y distancias inferiores a 80 kilómetros) cuando se está subiendo el vehículo a la plataforma.

Inicialmente, en el caso de este incidente ni Ford, ni la empresa de la grúa ni el operador del servicio de asistencia en carretera se hacen responsables del daño de la batería, dejando al propietario que lo resuelva por su cuenta en un juicio mediante las oportunas denuncias. Sin embargo, un representante de Ford se ha puesto en contacto con el propietario a través del foro para intentar mediar en la negociación y lograr un acuerdo entre todas las partes.

Precisamente, hace unos meses se filtró el precio de la batería del Ford Mustang Mach-E a través de la página web de una concesión de Ford, y que suponía entre el 40 y el 50 por ciento del precio del vehículo, según el tamaño de esta.