“Atemorizados” y “cautelosos”, así salen todos los días de sus hogares los residentes de Los Alcarrizos, municipio Santo Domingo Oeste. La razón es la delincuencia, flagelo del que muchos de estos ciudadanos son víctimas.

Judith Calderón, quien es propietaria de un salón de belleza en la zona, sostuvo ante periodistas de Listín Diario que en más de una ocasión ha presenciado asaltos a mano armada a plena luz del día, por lo que ella y sus vecinos se vieron en la necesidad de reforzar la seguridad en sus viviendas.



Asimismo, evitan salir solos o con objetos de valor por temor a ser despojados por algún desaprensivo.

“Por aquí no se puede andar, estamos al grito, un día es un robo y al otro un atraco y a cualquier hora”, expresó la residente.



La mayoría de los habitantes de esta demarcación se desplazan como transeúntes desde antes del amanecer, para poder llegar a tiempo a sus trabajos en el centro de la ciudad. En ese trayecto, algunas personas han sido sorprendidas por delincuentes que sin reparo los asaltan, a veces incluso empleando la violencia.

Sin solución Los afectados por la alarmante situación dijeron que han ido a querellarse ante las autoridades policiales del sector, sin embargo el problema no ha logrado subsanarse, sino más bien todo lo contrario.

“Uno va y denuncia y lo que hacen es aumentar el patrullaje como dos o tres días, luego la cosa se pone peor”, expresó una de las víctimas de asalto en Los Alcarrizos que declinó identificarse.

Otros flagelos Los atracos no son el único dolor de cabeza de los moradores. Según los propios vecinos, este populoso sector de la capital vive afectado por el desempleo, el limitado acceso al agua potable, el casi inexistente alumbrado de sus calles, y la falta de espacios de recreación, como parques, canchas deportivas o centros comunitarios.

El agua es un recurso indispensable del que no todos gozan de su acceso en Los Alcarrizos. En el barrio 24 de abril de esa demarcación, decenas de viviendas deben de comprar el líquido a camiones y racionalizarlo debido al gasto que eso representa , porque de otra manera no podrían abastacerse.

Por otro lado, la iluminación de sus calles es precaria. El morador Daniel Severino dijo que para toda una cuadra solo hay una lámpara y algunas ni siquiera disponen de una, ya que las autoridades municipales no las han colocado o porque están descompuestas. Esta situación es uno de los factores que ha alimentado con más fuerza la ocurrencia de actos delincuenciales en la zona.