Por José Antonio Aybar – La juventud dominicana continúa agenciándose importantes espacios en el extranjero, donde muchos destacan en diferentes disciplinas, convirtiéndose en referentes para la diáspora de las comunidades donde residen.
Es el caso de la joven Denise González, primera mujer dominicana en ser host de un juego de baloncesto de la NCAA, en el Madison Square Garden de Nueva York.
Denise nació en Nueva York. Es la menor de tres hermanos, procreados en el matrimonio conformado por los dominicanos Elizabeth Jáquez, natural de La Vega y Raúl González, de Santo Domingo.
En una franca conversación con Que Pasa la hermosa mulata revela que siempre quiso dedicarse a la comunicación, carrera en la que se inscribió, pero un año después tuvo que abandonar por falta de recursos económicos.
“No sabía qué hacer, sin trabajo, sin dinero, estaba desorientada y justo en ese momento un amigo que era hots de un equipo de NBA me comentó que yo tenía la personalidad para trabajar en televisión, porque siempre he tenido buen trato con la gente, me gusta conversar, por lo que me contactaría con algunos equipos, y así fue como equipos como los New York Knicks, New York Rangers me llamaron para que adicionara”.
Recuerda que el primer día estaba muy nerviosa, pero a la vez convencida de que tenía que poner de su parte para salir a camino. “Me dieron tres chances durante la audición, luego de la primera prueba le estaban dando unos ganchitos a los participantes, como a mí no me dieron pensé que me estaban enviando para la casa, pero no fue así, luego pasé otras dos pruebas y la respuesta llegó dos semanas después”.
Al final de las pruebas a los participantes les dieron un tiempo libre para que mostraran un talento en particular. “En ese momento pensé: ‘¡Waoo! ¿Qué voy a hacer? La única razón por la que estoy aquí es por una promesa que le hice a mi primo y sé que puedo lograr más’, pero estaba muy nerviosa”, dice.
Aunque no reconocía ningún talento en particular, asegura que desde el momento que llegó a la audición sabía que ese era el lugar al que pertenecía, por lo que no podía perder la oportunidad.
“En esos 40 segundos que nos dieron para mostrar un talento lo único que se me ocurrió fue narrar mi historia, les dije la razón por la que estaba allí, me emocioné tanto que comencé a llorar, todos se contagiaron y lloraron también”.
Pasaron dos semanas de aquella prueba y Denise no estaba segura de que llamarían, pero un buen día el teléfono sonó con la noticia de que había sido aceptada. “Ahí comenzamos a llorar de nuevo”, dice, ahora con una sonrisa de felicidad.
Denise está clara de que este es el inicio de una vida profesional en la que experimentará distintas vertientes de la comunicación. “Sé que puedo seguir haciendo cosas más grandes y lo haré, porque seguiré trabajando para conseguirlo, además de abrir puertas para otras mujeres que se quieran desarrollar en los deportes”.
Su primer contacto con una disciplina deportiva ocurrió al ver a una muchacha practicando softbol y le pidió que la enseñara a lanzar la pelota, desde entonces se convirtió en una práctica diaria. “Comencé a practicar todos los días, en el frío en el calor y ese mismo año me escogieron para el equipo de la High School”, recuerda. “Amo el baloncesto”, dice, al tiempo de revelar que ha jugado softbol, pero su primer amor es el béisbol.
“Me gustaría trabajar también en el béisbol. Es mi primer amor. Sé que voy a lograr muchas cosas, por supuesto, con el apoyo de mi familia”.
Con la palabra agradecimiento en cada frase, Denise pone a su familia en primer lugar y apuesta a vivir la vida con intensidad. “La vida es una, hay que vivirla”.
Sobre el mundo que le ha tocado vivir a la actual generación de jóvenes entiende que es una época muy difícil. “Mi mensaje es creer en ti mismo, en tu trabajo, haz todo con autenticidad. Sabemos que están pasando muchas cosas juntas en este mundo y algunos de nosotros estamos pasando por momentos difíciles, por cosas que no hablamos, pero debemos seguir adelante, no importa si somos ricos o pobres, nadie puede robar tus sueños. No te conviertas en tu propio enemigo, sigue adelante”.