Se espera que en el 2030 se reformule una buena parte del mercado de trabajo. A medida que la inteligencia artificial automatice una parte amplia de las tareas (en especial la relativa a la mano de obra), se necesitarán nuevos trabajos. La velocidad que estamos viviendo en el ámbito de la innovación tecnológica, nos obliga a mantenernos actualizados.
Nuestras capacidades cognitivas, sociales y emocionales deben estar a la altura de esas demandas futuras. Y en efecto, no bastará con disponer de una amplia formación académica. De hecho, Google destaca la necesidad de alcanzar un buen aprendizaje socioemocional que nos permita trabajar en equipo, resolver problemas y afrontar las dificultades cotidianas.
Ahora bien, un trabajo de la Universidad de Oxford destaca que las llamadas habilidades blandas (combinación de competencias sociales, de comunicación, de forma de ser y actuar) son cada vez más valoradas. Es verdad que ya entran dentro de muchos planes de estudio. Sin embargo, aún existen vaguedades en su conceptualización. No todo vale.
Señala el portal La Mente es Maravillosa, que no basta con ser asertivo o empático. Cuando orientamos esas herramientas al campo laboral, necesitamos hilar más fino. Por ello, es necesario comprender las habilidades psicológicas más valoradas por las empresas. Las analizamos.
1. Habilidades de pensamiento crítico
Es la primera de la lista y la más relevante. El pensamiento crítico en el trabajo facilita verificar y evaluar la información que se recibe. Es una estrategia cognitiva esencial que debemos desarrollar desde edades tempranas, pero es en la edad adulta cuando se vuelve imprescindible.
Tanto es así que desde el Foro Económico Mundial, la asamblea que reúne a líderes políticos y empresariales en Davos (Suiza), la considera como la habilidad más decisiva en el mundo laboral. Saber discernir lo importante de lo accesorio en un mundo dominado por lo digital, por ejemplo, es un mecanismo de supervivencia básico.
2. Resolución de problemas complejos
Ante un escenario futuro en el que la inteligencia artificial dominará una parte amplia de tareas de mano de obra, el ser humano es quién deberá responsabilizarse de esos dominios que nos son propios. Nos referimos a la resolución de problemas y la toma de decisiones. No es tarea de las máquinas decidir por nosotros.
Necesitamos personas que identifiquen y sepan predecir riesgos y oportunidades. Por ello, las empresas demandan mentes ágiles capaces de abordar desafíos complejos de manera innovadora.
3. Habilidades comunicativas
Una de las habilidades psicológicas más valoradas por las empresas es sin duda saber comunicar, escuchar, saber llegar a acuerdos, etc. Expresarnos con confianza, resolución, carisma y procurar a la vez conectar con quienes nos rodean es una habilidad blanda imprescindible.
4. La flexibilidad mental
La flexibilidad mental es la receta perfecta para afrontar los cambios de manera productiva y marcando ventajas frente a los demás. Algo tan básico como adaptar nuestras conductas y pensamientos a situaciones cambiantes, es una valía imprescindible en todo escenario vital y también laboral.
La mente flexible no se queda atascada ante los desafíos. Los observa de manera curiosa, sin bloquearse, está abierta a nuevas perspectivas y es capaz de diseñar diez posibles soluciones ante una misma dificultad.
5. Conciencia social
¿Qué problemas o necesidades tiene la sociedad actual? ¿Qué nuevos gustos y pensamientos definen a un mercado determinado? Otra de las habilidades psicológicas más valoradas por las empresas es sin duda la conciencia social.
Se trata de una aptitud imprescindible con la que ser figuras capaces de sintonizar y comprender a los integrantes de cualquier comunidad, entorno y contexto social concreto.
6. Resiliencia
Todos tenemos en nuestro interior una habilidad natural para ser resilientes. Serlo en el trabajo es un baluarte que nos puede dar valiosas ventajas frente a los demás. Define la capacidad de adaptarse y superar situaciones adversas.
Pocos recursos psicológicos son más decisivos que ser capaces de afrontar cualquier incidencia o problema inesperado, siendo capaces de aprender nuevas habilidades. Es así como nos volvemos más aptos de cara a nuevos giros del destino en el futuro.
7. Trabajo en equipo
Cuando los equipos humanos de una empresa trabajan de manera sinérgica en un mismo objetivo, todos se benefician. La propia empresa y también las personas. Porque todo aquel que no disponga de adecuadas habilidades para el trabajo en grupo sufrirá estrés y ansiedad. Será ese elemento extraño dentro del engranaje de la organización.
Algo así solo se logra con adecuadas habilidades comunicativas, siendo capaces de confiar en los demás, empáticos, asertivos y estando motivados para lograr unas metas comunes.
8. Fluidez digital
La alfabetización digital es una herramienta de presente y sobre todo de futuro. Ahora bien, más allá de la propia alfabetización o conocimiento para realizar diferentes tareas en un ambiente digital, está la fluidez. ¿A qué nos referimos con ella? Bien, trabajos de investigación, como el realizado en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, destacan algo relevante.
La fluidez digital es saber manejar todo recurso tecnológico y digital de manera crítica y creativa. Solo así se posiciona a una organización dentro de la propia cultura digital para convertirla en líder y referencia.
Para concluir, tal y como podemos ver en este listado, dichas competencias son áreas que todos podemos desarrollar. Es más, dichas dimensiones no solo nos permitirán escalar posiciones en el ámbito laboral. Son también herramientas de vida para el bienestar.