San Francisco, Estados Unidos. Con una actuación estelar del veterano Klay Thompson, los Golden State Warriors eliminaron a los Dallas Mavericks por 120-110 (global 4-1) y disputarán sus sextas Finales de la NBA de los últimos ocho años.
Klay Thompson, Stephen Curry y Draymond Green, el emblemático trío de líderes de los Warriors, pelearán por su cuarto anillo frente a los Miami Heat o los Boston Celtics, que dominan esa eliminatoria por 3-2.
Ningún equipo había logrado tantas presencias en las Finales de la NBA desde los Chicago Bulls de Michael Jordan, que lograron seis campeonatos entre 1991 y 1998.
El primer partido de las Finales se disputará el 2 de junio en el Chase Center de San Francisco (California), donde 18.000 aficionados celebraron el jueves por todo lo alto el triunfo frente a los Mavericks de Luka Doncic (28 puntos), que nunca lograron poner en riesgo la victoria.
Tras una travesía por el desierto de dos temporadas, en las que llegaron a acabar en el último puesto en 2020, los Warriors están a un paso de retomar una dinastía que muchos daban por terminada en 2019, cuando cayeron en las Finales ante los Toronto Raptors y Kevin Durant se marchó a los Brooklyn Nets.
«Este es un grupo al que nadie creía que iba a volver aquí», subrayó Draymond Green tras el juego. «Klay Thompson pasó por dos lesiones catastróficas. Steph Curry se rompió la mano y hace dos años ganamos solo 15 partidos. Pero este equipo siguió luchando cada día y aquí estamos. Estamos de vuelta».
Stephen Curry, el alma del equipo, se quedó el jueves en 15 puntos y 9 asistencias pero acabó siendo reconocido con el primer premio MVP (Jugador Más Valioso) de la final de la Conferencia Oeste, que lleva el nombre del legendario Magic Johnson.
«Es una bendición estar de vuelta a donde pertenecemos, las Finales», dijo Curry entre gritos de «MVP» de sus seguidores. «Sabemos que esto no es el objetivo final, pero tenemos que celebrarlo por todo lo que hemos pasado estos tres últimos años».
Curry, Thompson y Green, que tienen entre 34 y 32 años, conquistaron sus tres anillos (2015, 2017 y 2018) ante los Cavaliers de LeBron James.
En sus otros dos viajes a las Finales, los Warriors perdieron en 2016 ante los Cavaliers y en 2019 ante los Raptors, en una convulsa eliminatoria en la que Thompson y Durant sufrieron graves lesiones.
– La redención de Klay –
En una noche de enormes emociones en San Francisco, las mayores ovaciones se las llevó Klay Thompson, el jugador que simboliza la lucha de los Warriors por volver a lo más alto.
Este tirador implacable sufrió dos devastadoras lesiones consecutivas que le tuvieron de baja dos años y medio hasta que en enero regresó a las pistas rodeado de dudas sobre su rendimiento.
El jueves le llegó su momento de redención con una actuación estelar de 32 puntos y 8 triples que apuntilló a los Mavericks.
«Soñé con esto todos los días. El año pasado, por estas fechas, estaba empezando a trotar de nuevo», recordó Thompson. «Todos esos largos días me decían que valdría la pena y entonces era difícil verlo. Ahora puedo sentir que está dando sus frutos».
El cuarto elemento clave del equipo, Steve Kerr, aumentó su asombrosa racha de 18 eliminatorias ganadas como técnico en la Conferencia Oeste.
«Para nuestro equipo, especialmente el grupo principal, Dray y Steph, Klay, Loon (Kevon Looney), Andre (Iguodala), lograr esto seis veces en ocho años… no sé ni qué decir», admitió Kerr. «Se necesita una enorme cantidad de habilidad, determinación y trabajo. No podría estar más orgulloso».
– «Un gran paso» –
Los Mavericks, que ganaron el martes en su cancha y evitaron una barrida en la serie, hincaron la rodilla en un quinto partido que se empezó a romper con varios triples seguidos de Thompson en el segundo cuarto.
Dallas, que dio la gran sorpresa al eliminar a los favoritos Phoenix Suns en la pasada eliminatoria, sacó el orgullo en un frenético cierre del tercer cuarto en el Doncic lideró un parcial de 15-0 que les acercaba a 10 puntos.
Pero los Warriors aceleraron al inicio del último cuarto e impidieron acercarse más a unos Mavericks que se quedaron sin gasolina.
«Felicidades a los Warriors. Obviamente fueron mejores pero estoy muy orgulloso de mi equipo», aseguró Doncic, consagrado en estos playoffs como una nueva superestrella de la NBA con promedios de 31,9 puntos y 9,9 rebotes.
«Nadie contaba con nosotros aquí», recalcó. «Somos un equipo muy joven y este año dimos un gran paso».