San Francisco, Estados Unidos. Stephen Curry y Klay Thompson, la mejor pareja de tiradores de la historia bautizada como los «Splash Brothers», liderarán a los Golden State Warriors en sus sextas Finales de la NBA después de pasar 941 días separados a causa de las lesiones.
«Los malos momentos hacen que los buenos sean mucho más dulces», recalcó un emocionado Thompson el pasado jueves tras sellar su boleto a las Finales ante los Boston Celtics que arrancan el 2 de junio.
En una noche de enormes emociones en San Francisco, Thompson se llevó las mayores ovaciones del Chase Center al ser el gran símbolo de la lucha de los Warriors por volver a lo más alto.
Este tirador implacable sufrió dos devastadoras lesiones consecutivas que le tuvieron de baja dos años y medio hasta que en enero regresó a las pistas rodeado de dudas sobre su rendimiento
El 13 de junio de 2019, el escolta se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla izquierda durante el sexto partido de las Finales contra los Toronto Raptors.
Solo 48 horas antes, Kevin Durant había sufrido otra rotura del tendón de Aquiles y los Warriors acabaron entregando la corona ante los Raptors y su mala fortuna.
Durant tomó inmediatamente las maletas y abandonó la franquicia californiana, donde durante tres años formó con Curry, Thompson y Draymond Green un equipo que parecía invencible.
De la manera más brutal posible, la dinastía de Golden State, tres veces campeón (2015, 2017, 2018) en cinco Finales seguidas, con uno de los estilos de juego más espectaculares de la historia, parecía llegar a su fin con sus figuras entrando en la treintena de años.
Pero tres campañas después, la franquicia californiana está de vuelta en el máximo escenario después de superar todo tipo de obstáculos en una larga travesía por el desierto.
– Una larga espera –
En 2020, LeBron James reclamó su trono con los Lakers en una temporada impactada por la pandemia de coronavirus en la que Golden State se desplomó hasta el último lugar, con solo 15 victorias en 65 partidos.
Thompson pasó todo el año en rehabilitación, Curry estuvo cuatro meses de baja por una fractura en la mano y los Warriors lo aprovecharon para obtener una segunda posición en el Draft, con la que eligieron al pívot James Wiseman.
La campaña 2021 debía ser la del regreso de los Warriors pero cuando Thompson perfilaba su recuperación, volvió a romperse el tendón de Aquiles y dijo adiós a otra temporada entera.
Golden State se quedó otra vez fuera de playoffs al caer en el repechaje con los pujantes Memphis Grizzlies.
En una batalla generacional, Curry perdió el duelo ante Ja Morant y los jóvenes no insuflaban suficiente energía al equipo incluido Wiseman, que también cayó lesionado y se perdió esta temporada entera.
En octubre Golden State dio inicio un nuevo intento de ser relevantes con la ilusión de recuperar a Klay, que, 31 meses después, pisó de nuevo las pistas el 9 de enero estrenándose con una furiosa volcada para demostrar que el miedo había quedado atrás.
A sus 32 años, Thompson ya no es aquel tirador capaz de incendiar cualquier partido, como cuando anotó 14 triples contra Chicago en 2018, el récord en un partido de NBA, inalcanzable incluso para su socio Curry.
Pero el escolta todavía conserva talento como para firmar una actuación de época el jueves en el sexto y último partido contra los Mavericks con 32 puntos y ocho triples.
– «ADN de campeones» –
Incluso en los tiempos más bajos de Golden State, Curry nunca dejó de castigar a los rivales desde la línea de tres hasta convertirse en diciembre en el mayor anotador de triples de la historia, superando a Ray Allen.
Esta temporada registró el porcentaje de acierto más bajo de su carrera (38%) pero despertó a tiempo en playoffs para liderar al equipo en la primera serie ante Denver Nuggets y en la revancha ante los Memphis Grizzlies.
Los Warriors están reforzados esta vez con jugadores como Andrew Wiggins, un gran talento anotador que ha sabido adaptarse a un rol defensivo, pero Curry y Thompson, junto al aguerrido Green, simbolizan lo que el entrenador Steve Kerr denomina «ADN de equipo campeón».
«Son un dúo de tiradores increíble que se han necesitado mutuamente desde el principio. Klay se encarga de algunas de las tareas defensivas más duras, para que Steph pueda centrarse más en el ataque al final de los partidos», explicó el entrenador que les guió en todos los viajes a las Finales.