Los precios del petróleo volvieron a ganar terreno el miércoles por la perspectiva de un embargo europeo a las importaciones rusas de crudo y una demanda que no muestra señales de debilitarse.

El precio del barril de Brent del mar del Norte para entrega en agosto terminó con alza de 0,59% a 116,29 dólares.



En tanto el barril de West Texas Intermediate (WTI) para entrega en julio ganó 0,51% a 115,26 dólares, un máximo desde el 8 de marzo.

Tras el anuncio el lunes de un acuerdo en la Unión Europea para renunciar a 90% de las importaciones rusas de crudo, el petróleo subió y luego se replegó por tomas de beneficios.



El mercado espera la reunión de la Opep+ (OPEP y sus aliados) el jueves, «de la cual no se espera ningún cambio», señaló Matt Smith, de Kpler.

Los analistas esperan que se mantenga la trayectoria ya decidida, es decir un aumento de 432.000 barriles diarios de crudo en julio, un volumen similar a meses anteriores.

Pero los miembros de la Opep+ no logran respetar su plan por insuficiente capacidad y en abril extrajeron 1,3 millones de barriles menos de lo previsto.

Los operadores esperan que la Agencia estadounidense de Información sobre Energía (EIA) anuncie el jueves una nueva caída de las reservas comerciales de crudo en el país. El consenso establecido por la agencia Bloomberg es de una contracción de 2,1 millones de barriles y una ligera baja de las reservas de gasolina.

El combustible bate récord tras récord en Estados Unidos.

Pero «no creo que tenga mucho impacto», reflexionó James Williams, de WTRG Economics. «Nuestra economía está amenazada por la inflación, pero mientras los empleos estén aquí», los estadounidenses usarán sus autos, sostuvo.

«Se suma el hecho de que con el covid, muchas personas no salieron de vacaciones en dos o tres años», indicó.

«El mercado seguirá bajo presión hasta que la demanda se erosione», estimó en una nota Edward Moya, de Oanda. «Pero parecería que eso no ocurrirá muy pronto», concluyó.