La parte noreste del Jardín Botánico Nacional no cuenta con mucha protección debido al robo, desde hace tiempo, de las barras metálicas en la verja perimetral, situación que preocupa al director de la entidad, Pedro Suárez, que cuenta con un proyecto para resolver la problemática.

Desaprensivos aprovecharon la poca circulación vehicular y peatonal del lugar en algunas horas y la poca vigilancia para sustraer barras de más de cinco pies de largo con un cuarto de espesor para sustraerla y hacer negocio.



Señala el Diario Libre que desde que llegó a la dirección del Botánico, Suárez ha estado trabajando para resolver el problema y en el año que lleva de gestión tres personas han sido sorprendidas sustrayendo los metales, los han apresado, conducidos a la justicia y en poco tiempo son puestos en libertad solo con medidas de coerción como presentación periódica y multas.

“Se agarraron unos que tenían más o menos 40 y pico de barras, ya esos los transportaban que no fuera con otra cosa que no fuera una camioneta, eso pesa muchos quintales, definitivamente esos son mafias, y las mafias no se corrige con agarrar a la persona que se roba los hierros, hay que buscar donde los venden, quién se los compra, porque si no hay compradores, no hay vendedores”, refirió.



Consideró que esas personas que compran ese tipo de metales, sabe que esas personas no van a vender esos hierros de su propiedad y lamentablemente en el país muchas cosas no caminan por donde se espera.

Más de mil metros de la verja perimetral en la parte nordeste no tienen la barra vertical, lo que facilita el acceso de cualquier desaprensivo, sin embargo, el director manifestó que cuentan con un equipo de seguridad interna de 22 hombres que garantizan la tranquilidad de los usuarios del jardín.

Para que no sea atractivo para los ladrones, Suárez planteó un nuevo sistema de protección del jardín que puede ser malla ciclónica o pared con bloques intercalados como la verja perimetral que protege la Universidad Autónoma de Santo Domingo, pero entiende que para cualquiera que sea la solución se requiere de recursos que la administración no tiene.

El Jardín Botánicos Nacional es una dependencia del Ministerio de Medio Ambiente y como tal serían los militares del Servicio Nacional de Protección Ambiental (Senpa) que debían ser los responsables de la parte externa junto a la Policía Nacional.

Además del robo de las barras metálicas, los ladrones sustrajeron unos cables de gran grosor que alimentaban unas bombas que instaló la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) para tratar las aguas de la cañada que cruza por la parte este de jardín. Estos cables estaban conectados del sistema eléctrico lejos del lugar y estaban soterrados por lo que se entiende que personas conocedoras de esa situación los sustrajeron.