Washington, Estados Unidos. La estrella de R&B R. Kelly, condenado a 30 años de cárcel en junio por delitos sexuales, comparece de nuevo esta semana por cargos similares ante un tribunal de su ciudad natal, Chicago, donde el lunes comenzó la selección del jurado.
Robert Sylvester Kelly, de 55 años, fue declarado culpable en Nueva York de haber dirigido durante tres décadas un «sistema» de explotación sexual de jóvenes, algunas de ellas adolescentes, y condenado a finales de junio a pasar tres décadas tras las rejas.
En el tribunal de Chicago se le acusa de obstrucción de la justicia, producción de pornografía infantil y actividad sexual ilegal con una menor de edad.
Él y dos exsocios están acusados de obstruir el juicio por pornografía infantil de 2008, en el que el jurado lo declaró inocente, al amenazar y sobornar a una víctima que finalmente no declaró, pero esta vez se espera que lo haga.
Los otros dos acusados son su exrepresentante Derrel McDavid y un antiguo empleado, Milton «June» Brown. Se prevé que el juicio dure unas cuatro semanas.
Su abogada, Jennifer Bonjean, pidió que se excluya del jurado a cualquiera que haya visto el documental «Surviving R. Kelly», que da voz a varias de sus víctimas, pero el juez Harry Leinenweber negó la petición.
La condena de R. Kelly en Nueva York, la primera en un juicio en el que la mayoría de las partes civiles eran mujeres negras, se consideró un punto de inflexión en el movimiento #MeToo.
Los debates arrojaron luz sobre el «sistema» de R. Kelly para atraer a jovencitas y violarlas, con la complicidad de personas de su entorno.
Muchas víctimas contaron que habían conocido a su ídolo en un concierto y después alguien había deslizado un pequeño papel con los datos de contacto del cantante.