EFE. Londres finiquita este domingo los preparativos para dar mañana el último adiós a la reina Isabel II en un funeral de Estado que se prevé como uno de los eventos más multitudinarios que ha vivido este país en las últimas décadas.
Con numerosas calles cortadas al público en el centro de la capital británica y una visible presencia policial en casi cualquier esquina, Londres da hoy los últimos pormenores para dar paso a la histórica ceremonia de mañana en la Abadía de Westminster.
En la víspera de las exequias, todavía hoy riadas de ciudadanos venidos de diferentes puntos del país aguardaban pacientemente su turno para presentar sus respetos ante el féretro de la reina, todo envuelto en «un ambiente de respeto y amigable, fantástico», según describió a Efe una de esas personas.
Desde que el pasado miércoles se abriera al público la capilla ardiente en el interior de la abadía, centenares de miles de personas han aguardado horas o han hecho noche a la intemperie para rendir tributo, bien con una inclinación de cabeza o santiguándose ante el catafalco.
Según el programa elaborado desde el palacio de Buckingham, se permitirá a los ciudadanos acercarse al féretro hasta las 5.30 GMT de mañana lunes.
Entre esta marea de personas, la jubilada británica Caroline Wheel dijo hoy a Efe que llegó a Londres el viernes desde Herne Bay (Kent) para presentar sus respetos «por última vez» a su monarca y anticipa mañana un «acontecimiento muy solemne y tranquilo».
«Hace frío por la noche y no traje tienda (de campaña); solo un saco de dormir; tengo una manta caliente, gorro, bufanda y guantes. Anoche estuve bastante bien, el viernes por la noche, en cambio, apenas dormí. Hacía mucho frío. Solo queda una noche», dice.
Otra ciudadana, Jackie, explica que sentía que era su «deber» venir «a dar las gracia a la familia real» y asegura que «mientras pueda ver a la reina», no le «importa nada más».
Mientras tanto, caminar por el centro de Londres resulta ahora una tarea fatigosa ante las infranqueables vallas policiales habilitadas al lado de la abadía para canalizar las multitudes que se agolpan en los alrededores, con zonas llenas de carpas para los medios de comunicación y cerradas al público en las inmediaciones de la abadía y al lado del palacio de Buckingham.
El Big Ben marcará el inicio del momento nacional de reflexión
Está previsto que en esta última jornada de capilla ardiente el Big Ben -la campana más grande de la llamada Elizabeth Tower del Parlamento de Westminster- repicará hoy a las 19.00 GMT para marcar el inicio de lo que se ha denominado como Momento Nacional de Reflexión, que comenzará con un minuto de silencio. El Big Ben volverá a sonar una vez más, a las 19.01 GMT, para marcar su final.
Se espera que todo el país enmudezca al mismo tiempo para recordar a la reina y desde palacio se anima a los ciudadanos a conmemorar la ocasión de manera privada en los hogares, en la calle, con eventos comunitarios o vigilias.
El Big Ben sonará de nuevo mañana, con intervalos de un minuto, mientras la procesión del cortejo fúnebre parte del funeral.
También la reina consorte, Camila, ofrece hoy un tributo televisado en honor a la fallecida monarca en una grabación a la cadena pública BBC.
En ella, según ha avanzado el canal, la esposa de Carlos III rememora los «maravillosos ojos azules» de Isabel II y asegura que «siempre» recordará «su sonrisa».
Mañana se esperan desde las 5.00 hora local (4.00 GMT) numerosas áreas cortadas al tráfico por las calles del centro, según un comunicado emitido hoy por la Policía Metropolitana de Londres, que avisa de que «se podrán requerir restricciones espontáneas a los peatones por motivos de seguridad».
A las 8.00 (7.00 GMT), se abrirán las puertas de la abadía para permitir la entrada de los asistentes al servicio, que comenzará tres horas después. Mandatarios como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y representantes de monarquías de todo el mundo, como los reyes de España, Felipe VI y Letizia, estarán presentes en la ceremonia, que comenzará a las 11.00 (10.00 GMT) ante unos 2.000 invitados.
El deán de Westminster, David Hoyle, oficiará el funeral, mientras que el arzobispo de Canterbury , Justin Welby, dará un sermón y la primera ministra británica, Liz Truss, leerá un texto religioso.
A las 11.55 (10.55 GMT) una llamada de corneta marcará el comienzo de dos minutos de silencio que se respetarán en todo el país. El himno nacional y una pieza de lamento interpretada por el gaitero oficial de la Isabel II pondrán fin al servicio fúnebre al mediodía.
A las 13.00 (12.00 GMT), en el arco de Wellington, los restos de la soberana serán transferidos a un coche fúnebre para hacer su último viaje hacia el castillo de Windsor, donde será enterrada en la capilla de San Jorge.
Unas 125 salas de cine emitirán el evento así como los canales de televisión Sky News, ITV y la BBC para las personas que sigan el funeral desde sus hogares.