El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva cerraron su áspera contienda para el balotaje del domingo prácticamente empatados en la intención de voto, según la última encuesta.
Este sábado los candidatos se volcaron a las calles de Minas Gerais y Sao Paulo, los dos estados con más peso electoral en el país.
En la última encuesta divulgada por el Instituto Datafolha, el izquierdista tiene 52% de la intención de voto contra 48% para el ultraderechista, con lo que la diferencia se redujo en dos puntos respecto al sondeo del jueves.
El estudio, que fue realizado entre viernes y sábado, con un margen de error de 2%, arroja un empate técnico que augura un final de infarto en la segunda vuelta.
Aupado al grito de «¡mito!», Bolsonaro encabezó una caravana de motocicletas en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, donde miles de partidarios salieron a su encuentro vestidos de verde y amarillo.
Estoy «confiado en la victoria», dijo a la prensa el excapitán del ejército de 67 años tras el debate televisado que sostuvo el viernes con Lula, en el que ambos se acusaron sin tregua de mentirle al electorado.
En un mensaje por redes sociales dirigido a los indecisos, Bolsonaro prometió mano dura contra el crimen y la impunidad e implementar una política de «fortalecimiento de los lazos familiares», en sintonía con su discurso ultraconservador.
Los seguidores del mandatario justificaron su apoyo en el miedo a un regreso de Lula al poder. «No estoy a favor del aborto ni la ideología de género, que es lo que el otro partido quiere imponer en nuestro país», dijo la microempresaria Fabrícia Alves, de 36 años.
– «Va a acabar» –
En Sao Paulo, Lula, el histórico dirigente de izquierda del Partido de los Trabajadores (PT), que estuvo acompañado del expresidente uruguayo José Mujica, se despachó contra su rival antes de sumarse a una caminata.
«Bolsonaro no tiene límite para contar mentiras (…) no tiene condiciones psíquicas para gobernar un país del tamaño de Brasil», aseguró.
Lula se impuso en la primera vuelta con 48% de los votos contra 43% de Bolsonaro, lo que quebró las proyecciones que anticipaban una ventaja holgada del exmandatario.
«Fueron cuatro años de muchos desaciertos, las minorías sufrieron mucho durante este gobierno de Bolsonaro (…) Entonces creo que esto va a acabar con el PT», dijo Daniel Botánico, un gerente de mercadeo de 27 años, quien llegó a la caminata en Sao Paulo con un tocado indígena y la cara pintada.
A sus 77 años recién cumplidos, Lula aspira a regresar al poder después de gobernar la primera economía de América Latina entre 2003 y 2010.
Al margen de la clausura de la campaña, la diputada oficialista Carla Zambelli se vio involucrada en un incidente con un hombre al que persiguió con un arma hasta un local de un barrio acomodado de la ciudad, según imágenes que se tornaron virales en las redes.
– «Eso es la democracia» –
Bolsonaro busca la reelección después de cuatro años de un gobierno marcado especialmente por la crisis sanitaria y económica que desencadenó la pandemia con saldo de 688.000 muertos en Brasil, así como tensas relaciones con las instituciones y críticas internacionales por su política medioambiental.
En la recta final ha presentado como logros de su gobierno la lenta recuperación de la actividad, principalmente el reciente retroceso de la inflación y el desempleo, que se ubicó en 8,7% a septiembre.
Durante meses, Bolsonaro cuestionó sin pruebas el sistema electrónico de votos, despertando temores de que no acepte los resultados del próximo domingo.
El viernes, al término del debate, dijo sin embargo que «el que tenga más votos, gana», al ser interrogado en una breve entrevista después del debate sobre si aceptaría una eventual derrota.
«Eso es la democracia», añadió.
– Abstención –
El domingo, unos 156 millones de brasileños están convocados a votar en los 26 estados del país y el distrito federal.
En el primer turno, alrededor de 32 millones no sufragaron (21%). El número quintuplica la ventaja de seis millones de votos que obtuvo Lula sobre Bolsonaro.
En Brasil el voto es obligatorio, pero la multa por no ir a las urnas es de apenas 3,5 reales (0,50 centavos de dolar).
La expectativa de un resultado apretado hace temer que aumente la crispación y polarización del país, tras una tensa campaña cargada de agravios y desinformación.
Tras sus dos mandatos, Lula estuvo preso en el marco de la megacausa anticorrupción «Lava Jato», pero resucitó políticamente tras la anulación de sus condenas por irregularidades procesales.
Ahora cuenta con el apoyo de artistas como Anitta y Caetano Veloso, de la senadora Simone Tebet, tercera en la primera vuelta (4%), y de figuras históricamente opuestas a su Partido de los Trabajadores, como el expresidente Fernando Henrique Cardoso (PSDB).
Bolsonaro cuenta con el respaldo sobre todo del agronegocio y de la mayoría de evangélicos -un tercio del electorado- que alaban sus posiciones ultraconservadoras.
También se declararon a su favor varios cantantes del popular género brasileño sertanejo, el futbolista Neymar y el expresidente estadounidense Donald Trump, con quien suelen compararlo.