El precio del barril West Texas Intermediate (WTI), referencia del mercado estadounidense, cerró el miércoles con caída de 3,01% y tocó su nivel más bajo del año durante la jornada de transacciones, en medio de un debilitamiento de la demanda.

El WTI para entrega en enero cayó hasta los 71,75 dólares, antes de terminar la jornada en 72,01 dólares en Nueva York.



En tanto, el barril de Brent del mar del Norte para entrega en febrero cedió 2,74% al cerrar a 77,17 dólares en Londres.

«Los inventarios de gasolina están subiendo» y al mismo tiempo «la demanda sufre», remarcó Edward Moya, de la corredora Oanda.



Moya aludía al informe de reservas publicado el miércoles por la Agencia de Información sobre Energía (EIA) de Estados Unidos, que dio cuenta de un incremento en los stocks de gasolina a pesar de un mayor procesamiento de crudo.

Estas existencias subieron fuertemente, 5,3 mb, más del doble de lo que el mercado esperaba.

En el promedio de las últimas cuatro semanas, que es la forma en que el mercado prefiere medir la demanda, el dato arroja una cifra 7% inferior al de igual período del año pasado.

Ya en la semana que terminó el 2 de diciembre, las reservas comerciales de crudo en general cayeron en 5,2 millones de barriles (mb), mucho más que los 3,4 mb esperados por los analistas, de acuerdo con el consenso reunido por la agencia Bloomberg.

En el mismo lapso, las reservas estratégicas estadounidenses se redujeron en 2,1 millones de barriles.

La caída de las reservas comerciales se explica en buena medida por un aumento de la refinación de crudo.

Las refinerías actuaron al 95,5% de su capacidad, frente a 95,2% la semana anterior. Se trata del nivel más alto desde agosto de 2019.

Las reservas de productos destilados en tanto, también crecieron de forma importante, 6,2 mb.

A su vez, las exportaciones de crudo cayeron más de 30% la semana pasada en Estados Unidos, y las importaciones se mantuvieron estables.

– Economía debilitándose –

«El informe muestra que la economía está claramente debilitándose y no ofrece razón» a quienes buscan comprar «en medio de esta debilidad», resumió Moya.

«Estamos en diciembre y la demanda de productos destilados va por su quinta semana consecutiva de caída», añadió Rober Yawger, de Mizuho.

Para Bart Melek, de TD Securities, «la caída brutal de las cotizaciones del petróleo se debe» sobre todo » a una reevaluación del riesgo vinculado a la oferta», un riesgo que «se está evaporando».

«Los operadores deshacen posiciones luego de haber apostado a un alza de precios luego de la puesta en marcha de un tope de precios para el petróleo ruso» el lunes, una subida que finalmente no se materializó, sostuvo Melek.

«Hace algunas semanas, se anticipaba el fin del petróleo barato, un barril a 200 dólares», recuerda Yawger. «Es lo contrario de lo que ocurrió», remarcó.

Además, tras la decisión de la Opep+ (OPEP y sus aliados) el domingo, de mantener sus niveles de producción o de la entrada en vigencia de un embargo europeo al crudo ruso transportado por vía marítima, «no se perdió ningún barril», añadió el analista.