Washington, Estados Unidos . La cantidad de niños pequeños que ingieren accidentalmente comestibles de marihuana aumentó drásticamente en los últimos años en Estados Unidos, donde el cannabis recreativo es legal en cada vez más estados del país.
Poco más de 200 niños menores de cinco años fueron reportados por comer un producto de cannabis en 2017, en comparación con más de 3.050 en 2021, según un estudio publicado el martes en la revista científica Pediatrics. Esto supone un aumento de más del 1.300%.
Los comestibles de marihuana se presentan en forma de dulces, productos de chocolate o galletas que atraen a los niños.
La investigación, que se apoya en una base de datos nacional, aboga por más prevención en el tema con los padres, así como por reglas más estrictas de empaque para estos productos.
Si bien no se registraron muertes durante el período 2017-21 estudiado (alrededor de 7.000 casos en total), estos accidentes pueden ser peligrosos en niños pequeños, en particular debido a una dosis muy alta para su bajo peso.
La mediana de edad de los niños afectados fue de 3 años.
Alrededor de una cuarta parte de los niños tuvieron que ser ingresados al hospital, incluido el 8% en cuidados intensivos.
Entre los síntomas causados se encuentra una depresión del sistema nervioso central (incluido el coma), taquicardia (latidos cardíacos anormalmente rápidos) y vómitos.
Los niños fueron tratados en general con fluidos intravenosos.
El alza en el número de estas intoxicaciones «se considera asociado con un aumento en el número de estados que permiten el uso recreativo de cannabis en adultos», indicó el estudio.
El consumo de marihuana con fines recreativos era autorizado en solo ocho estados de la Unión y la capital Washington en 2017, frente a 18 estados a finales de mayo de 2022.
La pandemia de covid-19 también puede haber influido en el incremento de estos casos, ya que los niños se quedaron más en casa y, por lo tanto, tuvieron más oportunidades de estar expuestos a estos productos.
Más del 90% de las ingestiones se produjeron en el domicilio de los menores, señala el estudio.
«Lo ideal es que estos productos se conserven en un lugar desconocido para el niño, y en un recipiente bien cerrado», de ser posible fuera de la cocina para estar alejados de otros alimentos, aconsejan los autores de este trabajo.
También piden que estos productos se vendan en envases opacos, difíciles de abrir para los niños, con un mensaje de advertencia y el número telefónico del centro nacional de toxicología. Algunos estados, incluido California, ya han implementado esas medidas, pero en Estados Unidos no existe una ley a nivel nacional.