El presidente de Colombia, Gustavo Petro, tildó este jueves de racistas las críticas que ha recibido su vicepresidenta afrodescendiente, Francia Márquez, por desplazarse en helicóptero y vivir en un conjunto residencial de clase alta en el suroeste del país.
«Lo que molesta en realidad a mucha gente del poder mal habido es que tengan que vivir con alguien diferente a ellos en su color de piel y que tengan un poder bien habido», escribió en su cuenta de Twitter el mandatario izquierdista.
En un segundo mensaje, Petro publicó una antigua portada de la revista española Hola en la que se ve a cuatro mujeres blancas y poderosas en su casa lujosa del departamento del Valle del Cauca, donde vive la vicepresidenta. La fotografía muestra en segundo plano y junto a la piscina a dos negras uniformadas cargando bandejas de plata.
«Lo que les molesta a los descendientes del poder mal habido es que las de atrás se sienten al lado», añadió el presidente.
Márquez, de 41 años, se convirtió en la primera vicepresidenta negra del país el 7 de agosto y también en la fórmula del primer gobierno izquierdista de la mano de Petro.
Su ascenso al poder develó el racismo soterrado que persiste en un país donde el cerca del 9% de los 50 millones de habitantes es afrodescendiente.
En un video de la red Instagram, Márquez explicó que su nuevo cargo le implicó vivir en un conjunto residencial de clase alta, cercano a Cali, y desplazarse en helicóptero debido a atentados fallidos en su contra y riesgos de seguridad.
La senadora opositora, María Fernanda Cabal, calificó de «indignante la vida sabrosa» de la vicepresidenta y desató una lluvia de comentarios a favor y en contra.
«El problema suyo es de clase. El problema suyo es que no acepta que una mujer como yo, humilde, afrodescendiente, ahora esté viviendo en el sector donde vive su familia», se defendió la política.
Petro y Márquez adelantaron su campaña en medio de fuertes medidas de seguridad, en un país lastrado por los asesinatos políticos y más de medio siglo de conflicto armado.
Nacida en una familia pobre, la vicepresidenta fue madre soltera a los 16 años, huyó de su tierra amenazada de muerte, estudió Derecho y se convirtió en destacada ambientalista, ganadora del Premio Goldman, también conocido como Nobel de los ecologistas.
En 2019 quisieron asesinarla con granadas y ráfagas de fusil, y en enero las autoridades encontraron explosivos cerca a su antigua vivienda.
«No me voy a exponer más sabiendo de las intenciones oscuras que hay en muchas personas de derrocar al presidente Gustavo Petro o de generar un caos», insistió.