Stormy Daniels, la actriz porno que coqueteó con la idea de ingresar a la política, libra una batalla legal y mediática contra Donald Trump, que podría valerle al exmandatario una acusación penal sin precedentes en la historia de Estados Unidos.

Ambiciosa y con una fuerte personalidad, esta mujer de 44 años también ha pagado el precio de su fama al recibir una serie de comentarios despectivos en las redes sociales. El más notorio fue con el que Trump, entonces jefe de Estado, la dedicó en 2018: «Cara de caballo».



Stephanie Clifford, su verdadero nombre, nació en 1979 en Baton Rouge, en el sureño estado de Luisiana. Criada por su madre después de que sus padres se divorciaran, cuenta en un libro que su familia la abandonó y que cuando tenía nueve años un hombre mayor abusó sexualmente de ella.



Buena estudiante a pesar de todo y apasionada por los caballos, se dedicó al striptease desde muy joven para luego dar el salto al cine porno.

La actriz, directora y guionista de larga melena rubia es una figura conocida en el mundo del porno, que le otorgó varios premios.

Pero es su supuesta relación con Trump hace 17 años lo que la hizo conocida en todo Estados Unidos.

 

– Resort de lujo –

En el verano boreal de 2006, los caminos de la actriz y el magnate inmobiliario se cruzaron en el idílico escenario de un resort de lujo en el estado de Nevada, durante un torneo de golf a orillas de un lago rodeado de pinos.

Daniels acababa de aparecer en la comedia «Virgen a los 40» protagonizada por Steve Carell. Trump acababa de tener un bebé con su esposa Melania.

Según el relato de la actriz, Trump la invitó a cenar a su suite, donde la recibió en pijama en el sofá. Ella asegura que luego tuvieron una relación sexual, él lo niega.

Lo que está probado es que Daniels recibió 130.000 dólares, justo antes de las elecciones presidenciales de 2016, presuntamente para no hablar públicamente del tema.

Y es este pago, que la justicia del estado de Nueva York sospecha que violó las normas que rigen el financiamiento de las campañas electorales, el que podría provocar una acusación penal contra Trump.

Una vez que se reveló la transacción en 2018, la actriz comenzó a recorrer los estudios de televisión y pidió a los tribunales que cancelaran el acuerdo de confidencialidad que había firmado.

 

– Cultura popular –

Hace cinco años, en el programa «60 minutos» de la cadena CBS, Daniels dijo que quería dejar las cosas claras. En primer lugar, subrayó que ella no era una «víctima», que, aunque no se sintió atraída por Trump esa noche en Nevada, su relación fue consentida.

La actriz también se refirió a las promesas que Trump le habría hecho sobre una aparición en «El aprendiz», el «reality show» que el multimillonario conducía antes de llegar en 2017 a la Casa Blanca. Según dijo, sentía que Trump lo hacía para mantenerla interesada en él.

«No soy ciega. Pero al mismo tiempo, podría ser que funcionara…», dijo sobre el planteo, y reconoció que pensó en ello «como un negocio».

En el enfrentamiento público con el entonces presidente, Daniels no dudó en responder, con un ingenio mordaz, cada uno de los golpes que él le propinaba en Twitter.

Y desde que Trump aseguró el sábado pasado que iba a ser «arrestado» en relación con el pago a Daniels, la actriz ha redoblado sus afiladas estocadas. Así, volvió a usar el apodo que usaba antes para referirse a Trump: «Tiny» (diminuto), en alusión a su miembro viril.

Y si bien el asunto seguramente convirtió a Daniels en persona non grata entre muchos partidarios de Trump, esa notoriedad no pareció disgustarle.

La estrella porno, que en 2010 se declaró republicana y evaluó postularse al Senado estadounidense, no tuvo reparos en hacer de sí misma en un sketch del programa de TV de culto «Saturday Night Live», junto a Alec Baldwin como Trump.

Daniels, que tiene una hija, se casó por cuarta vez el año pasado con Barrett Blade, un actor porno.