De Santiago Mata| Todavía falta mucho para que el gobierno termine los trabajos de ampliación del tramo de la vieja «autopista San Isidro», que va desde la avenida Chales de Gaulle hasta la Base Área de San Isidro, cuyo anuncio por parte del presidente Abinader a principios de 2021 fue recibido con alegría por la población que habitualmente hace uso de esa importante vía.

Sin embargo, desde antes de terminar, la anhelada obra ha comenzado a convertirse en un verdadero dolor de cabeza para miles de sus habitantes que desde hace varios días se han visto impedidos de cruzar la vía debido a la construcción de un muro divisorio que se levanta a todo lo largo de la vía, sin dejar posibilidad para el cruce peatonal.



Se trata de un muro en hormigón o «concreto» de aproximadamente un metro de altura, que se usa para impedir que los vehículos invadan el espacio de la vía contraria con el fin de evitar accidentes y mejorar el flujo del tráfico en las carreteras y autopistas.

Se trata de una barrera de seguridad vial que se conoce como «muro new jersey»



Hasta ahí todo va bien.

Sin embargo, sus diseñadores parecen no haber pensado en las personas de a pie, es decir, en el peatón.

¿Cuál es el problema?

Que no hay por donde cruzar la vía, lo cual afecta a estudiantes, empleados de los diferentes negocios del área y en fin a todo el que tenga la necesidad cruzar la vía.

El muro todavía no está terminado, pero todo luce que no habrá por dónde el peatón pueda cruzar de un lado a otro, puesto que en lo que lleva terminado, no se han dejado cruces para peatones.

Simplemente, no hay otra forma de cruzar, que no sea trepando por encima del muro, para lo cual habría que ser un atleta de la garrocha, a riesgo de ser atropellado.

Expertos del área de la ingeniería consideran que se trata de una locura puesto que ese tipo de seguridad vial está concebida para prevenir accidentes y minimizar sus efectos, exclusivamente en autopistas y carreteras.

Explican que una autopista es una vía de comunicación entre poblaciones, reservada a la circulación exclusiva de vehículos automóviles, que carece de acceso directo a las propiedades colindantes. Una autopista está separada para ambos sentidos por una mediana o barrera que impide que los vehículos que van en una dirección invadan el espacio de los que vienen en la otra.

Como ejemplo señalaron que, por esa razón, no hay muros, sino una isleta en las avenidas San Vicente de Paul, Winston Churchill o Charles de Gaulle, diferente a la autopista las Américas en que sí se coloca el muro donde ha sido necesario.

Al parecen los diseñadores del proyecto que ejecuta el gobierno a través del Ministerio de Obras Públicas, desconocen que el concepto de autopista de la antigua San Isidro fue cambiado el 18 de septiembre de 2011 en cumplimiento de la Resolución No. 34-11, aprobada por el Consejo de Regidores del Ayuntamiento, fecha en que fue designada con el nombre de Avenida coronel Tomás Fernández Domínguez.

Con ese concepto de avenida, no de autopista, la Alcaldía de Santo Domingo Este, que encabezó el alcalde Juan de Los Santos, inauguró en 2015 la primera etapa de la ampliación y remodelación del tramo entre la calle 19 y la avenida Charles de Gaulle.

Esa intervención sentó las bases del posterior desarrollo urbanístico de toda el área, una de las más pobladas de Santo Domingo Este, considerada hoy como uno de los centros urbanos de mayor desarrollo comercial e inmobiliario país.

La remodelación, ampliación y adecuación del tramo restante ha sido un gran anhelo para decenas de miles de familias que en los últimos quince años han poblado esa extensa área, donde la población ahora no podrá cruzar a la farmacia del frente.

Este sería el único caso en el mundo donde tengamos una autopista en medio de la ciudad.

Todo iba más o menos bien.

A pesar de la lentitud de los trabajos y a pesar de lo incómodo que se hace transitar en medio de equipos trabajando, el polvo, escombros y materiales de construcción, la población albergaba que la mejoría llegaría al concluir los trabajos.

Pues se trata de una solución que beneficiará a todo el sector.

Sin embargo, esas esperanzas comenzaron a convertirse en un infierno a partir de la locura de levantar esa barrera sin dejar espacios, que permitan el cruce de los peatones, a cada cierta distancia.

El llamado a la Alcaldía de Santo Domingo Este se hace urgente, para que haga cumplir la Resolución No. 34-11 para beneficio de toda la comunidad.