Si alguno me sirve, mi Padre lo honrará. Juan 12: 26
Siempre debemos tener un corazón dispuesto para trabajar para el Señor. Si entendiéramos lo que significa esto, nunca dejaríamos de hacerlo. Pero nuestra posición todo el tiempo es de necesidad; siempre estamos buscando y nunca hay tiempo para nosotros hacer.
Trabajar para Él nos enaltece, no importa dónde y lo que es; basta solamente con hacerlo. Él mira el amor y la pasión con que lo hacemos, y la entrega para darle la excelencia.
No busquemos sobresalir opacando a los demás, sino hacerlo para honrarlo con un corazón humilde y una actitud de siervo, sabiendo que es para nuestro Señor. Entrégate por completo en todo lo que hagas y sin esperar el reconocimiento de los demás, porque no tiene precio el servir a Dios aquí en la tierra, ya que nuestra recompensa viene de Él.