Durante la sexta frase que Jesucristo dijo en la cruz antes de morir la iglesia Católica, a través del padre Isaías Mata Castillo, afirmó que en la República Dominicana reina el clientelismo y un mar de corrupción.

El vicario adjunto de la Pastoral citó los casos de investigación judicial por presuntos actos de corrupción administrativa denominados por el Ministerio Público: “Pulpo, Medusa, Coral y Calamar”.



Al reflexionar sobre la sexta frase: “Todo está consumado”, que se encuentra el libro de Juan, capítulo 19, versículo 30, el prelado afirmó: “Nuestro mundo es un mundo de promesas incumplidas. Cada día leemos en los periódicos que los políticos prometen cosas y luego no las cumplen y en nuestro caso particular reina el clientelismo y un mar de corrupción”.

Ante la situación enfrentada por Jesús, el sacerdote precisó que todo parece indicar que todo sigue igual porque el mundo sigue dividido y sin reconciliarse con Dios.



Para él, esa realidad no solo se presenta en la política sino en la vida personal y cristiana porque cree que las personas no cumplen con la voluntad.

Considera que a pesar de que los cristianos repiten cada día la oración del Padre Nuestro, sus plegarias no parecen ser sinceras porque sus vidas se contradicen con sus palabras.

Durante la sexta frase que Jesucristo dijo en la cruz antes de morir la iglesia Católica, a través del padre Isaías Mata Castillo, afirmó que en la República Dominicana reina el clientelismo y un mar de corrupción.

El vicario adjunto de la Pastoral citó los casos de investigación judicial por presuntos actos de corrupción administrativa denominados por el Ministerio Público: “Pulpo, Medusa, Coral y Calamar”.

Al reflexionar sobre la sexta frase: “Todo está consumado”, que se encuentra el libro de Juan, capítulo 19, versículo 30, el prelado afirmó: “Nuestro mundo es un mundo de promesas incumplidas. Cada día leemos en los periódicos que los políticos prometen cosas y luego no las cumplen y en nuestro caso particular reina el clientelismo y un mar de corrupción”.

Ante la situación enfrentada por Jesús, el sacerdote precisó que todo parece indicar que todo sigue igual porque el mundo sigue dividido y sin reconciliarse con Dios.

Para él, esa realidad no solo se presenta en la política sino en la vida personal y cristiana porque cree que las personas no cumplen con la voluntad.

Considera que a pesar de que los cristianos repiten cada día la oración del Padre Nuestro, sus plegarias no parecen ser sinceras porque sus vidas se contradicen con sus palabras.