Los Miami Heat asestaron este domingo una humillante derrota 128-102 a los Boston Celtics y tomaron una ventaja casi definitiva de 3-0 en la final de la Conferencia Este de la NBA.
Los Heat, que no necesitaron esta vez de la mejor versión de Jimmy Butler (16 puntos), pueden convertirse el martes en el segundo equipo en la historia que alcanza las Finales siendo el octavo sembrado de su conferencia.
El base Gabe Vincent, con 29 puntos (récord de su carrera), encabezó una espectacular actuación coral de los Heat, con hasta seis jugadores por encima de los 10 tantos.
Tras dos victorias iniciales en Boston, Miami dio este domingo ante su público un golpe prácticamente final a los Celtics, ya que ningún equipo ha conseguido remontar una desventaja de 3-0 en una eliminatoria de playoffs.
Los Angeles Lakers, el equipo más laureado de la historia junto a los Celtics, también están al borde del precipicio con un global de 3-0 en contra en la final del Oeste ante los Denver Nuggets.
Jayson Tatum y Jaylen Brown, las figuras de Boston, tendrán que recuperar la confianza a contrarreloj después de su mediocre actuación del domingo, en la que se quedaron en 14 y 12 puntos, respectivamente.
Ninguno de ellos saltó a la cancha en el último cuarto cuando Boston, vigente subcampeón y segundo sembrado del Este, aceptó su derrota sin paliativos.
«No sé ni por dónde empezar. Es una decepción evidente, hemos defraudado a nuestra afición, a la organización, a nosotros mismos, y ha sido colectivo. Podríamos ponernos a señalar con el dedo, pero en realidad ha sido vergonzoso», admitió Brown, quien falló sus siete intentos de triple y acumula una espantosa estadística de 2/20 en la serie.
«Por muy duro que ha sido esta noche, tenemos que superarlo y estar listos», demandó Tatum en su turno. «Obviamente, estamos en una posición difícil, pero tenemos que sacar algo de orgullo y recuperarnos».
– Destruyendo pronósticos –
Los Heat están siendo la gran sorpresa de estos playoffs, a los que solo lograron acceder en el repechaje.
Como octavo cabeza de serie, Miami despidió primero a los Milwaukee Bucks, el mejor equipo de la fase regular, por un contundente 4-1 y después se deshizo de los New York Knicks por 4-2, todo ello sin el lesionado Tyler Herro, su tercer mejor anotador.
Ahora se encuentran a solo un triunfo de pelear por el cuarto anillo de su historia, tras los de 2006, 2012 y 2013, en unas séptimas Finales.
La última de esas Finales se saldó con una derrota ante Los Angeles Lakers en los playoffs de 2020 que se jugaron a puerta cerrada en Disney World (Florida).
La única franquicia que clasificó hasta ahora a las Finales como octavo sembrado fueron los New York Knicks en 1999, cuando cayeron 4-1 ante los San Antonio Spurs.
«Desde principio de año la gente decía que no éramos lo suficientemente buenos, que teníamos demasiados jugadores que no habían sido drafteados», recordó el pívot Bam Adebayo (13 puntos). «Lo escuchamos año tras año pero teníamos la motivación y miramos hacia adelante».
– La sonrisa de Riley –
En busca de respuestas tácticas tras la derrota del jueves, el entrenador Joe Mazzulla relevó del quinteto de Celtics al pívot Robert Williams por Derrick White para reforzar el perímetro y disponer de otro cualificado defensor contra Jimmy Butler.
El movimiento tuvo que ser pronto rectificado ante el dominio que ejerció en la pintura Bam Adebayo y la enorme efectividad de los Heat desde la larga distancia, que convirtieron 19 triples de 35 intentos (54,3%).
A seis minutos del descanso, Miami dominaba por un inesperado 51-33 con Butler, que promedia 31 puntos por noche en estos playoffs, aportando apenas 2 tantos.
Del otro lado, Boston arrancó demasiado precipitado (seis pérdidas en el primer cuarto) y pagando la insuficiente presencia ofensiva de Tatum y la errática selección de tiro de Jaylen Brown.
Los Celtics se fueron al vestuario con la distancia reducida a 15 puntos (61-46) pero a la vuelta les esperaba un huracán de los Heat, que se abocaron a un parcial de 28-7 y llegaron a contar con una ventaja máxima de 33 puntos.
Pat Riley, el arquitecto de los Heat desde hace casi tres décadas, se permitía una sonrisa sentado en la grada junto a su expupilo Shaquille O’Neal.
El partido fue otra muestra de la capacidad de descubrir talentos de Riley, exentrenador y actual presidente de los Heat, ya que los dos máximos anotadores, Gabe Vincent y Duncan Robinson (22 puntos), fueron reclutados por Miami sin haber pasado por un Draft.
Sin consideración con su legendaria historia, Boston arrojó la toalla al final del tercer cuarto y permitió que el desenlace fuera una gran celebración de los 20.000 aficionados del Kaseya Center.