Tras la muerte del niño Ángel Luis Buret, quien se suicidó, su padre revisó la tablet del menor y encontró tres grupos de WhatsApp de jugadores de videojuegos Free Fire y San Andrea con algunos comportamientos tóxicos, reportan este miércoles medios de prensa

Luis Ramón Buret explicó al periódico Diario Libre que los mensajes de dichos grupos contenían amenazas de muerte y decenas de conceptos inapropiados y ofensivos para sus integrantes. Uno de ellos pedía a los usuarios imágenes de personas fallecidas y de los propios jugadores, insinuándoles que se quitasen la vida.



Indicó que los tres grupos tienen como administrador a una persona identificada con un número telefónico de República Dominica y otros dos de otra nacionalidad.

Buret narró que en uno de los audios enviados a través de la mensajería instantánea fue directo para su hijo tras ganar una partida, donde un usuario lo amenazó de muerte y le manifestó que llegaría hasta su residencia. Para concluir, le pidió a Ángel Luis que se matara.



CAMBIO DE COMPORTAMIENTO

Cuando el padre de Ángel Luis le insistía que dejara los videojuegos, al notar que se habían convertido en una adicción para él, el niño se ponía agresivo y realizaba acciones que no eran propias de su acostumbrado comportamiento.

El Padre había notado algo inusual en el menor. Además de los videojuegos, miraba en varias ocasiones películas sobre la muerte de Cristo y le hacía preguntas extrañas acerca de la crucifixión. Debido a la situación, le llamó la atención en varias ocasiones y le decía que pensara en otras cosas. Cuando le reclamaba, el menor se colocaba una sábana y se ponía en forma de cruz para asustar a su padre.

El niño fue velado en su humilde residencia en el barrio Carlos Álvarez, de Villa Mella, de Santo Domingo Norte, y sepultado el domingo en el cementerio de La Victoria.