La Fiscalía de Colombia anunció este martes que investigará la muerte de un policía a cargo de la seguridad del presidente Gustavo Petro, involucrado en un escándalo de escuchas ilegales que salpican al gobierno.

El coronel Óscar Dávila falleció el viernes por un disparo en la sien dentro de su auto y, aunque el gobierno asegura que se trató de un suicidio, la fiscalía llamó a otro oficial y a su abogado a dar testimonio sobre lo que saben de su muerte.



El policía estaba siendo investigado en un escándalo de escuchas ilegales que derivó en la salida del gobierno de Laura Sarabia, mano derecha de Petro, y del entonces embajador en Venezuela, Armando Benedetti.



Tras el robo de un maletín con miles de dólares de la casa de Sarabia, su niñera terminó interrogada con polígrafo en la sede presidencial y luego interceptaron sus conversaciones telefónicas haciendo uso de un informe policial falso que la vinculaba con narcotraficantes, según la Fiscalía.

Benedetti, un poderoso político que apoyó en campaña a Petro, y la exjefa de gabinete compartían la misma niñera y se acusan el uno al otro de conspiración.

La Fiscalía investiga el «uso irregular del polígrafo» y quien dio la orden de interceptar los teléfonos, para determinar si hubo delitos de abuso de autoridad, peculado, fraude procesal, falsedad en documentos y violación ilícita de comunicaciones.

«No es cierto (…) que hayan dos disparos» en el cuerpo del coronel, aseguró Petro en Twitter, desmintiendo a usuarios de esa red social que especulan sobre un posible ataque contra el uniformado para encubrir a funcionarios del gobierno.

«Ojalá la investigación judicial busque las causas de su suicidio. Por qué se sintió tan acorralado como para llegar a tan terrible decisión», indicó el presidente en otro mensaje.

-«Me acaban»-

Decenas de simpatizantes del primer presidente de izquierda de Colombia se congregaron este martes frente a la sede del ente investigador para pedir la renuncia del Fiscal General, Francisco Barbosa, a quien acusan de actuar en contra del gobierno.

El medio digital Cambio publicó la última conversación telefónica de Dávila con una de sus periodistas que lo interrogó sobre su responsabilidad en la interceptación ilegal de los celulares de la niñera y una empleada doméstica de Sarabia.

«Yo no me puedo pronunciar ante eso. Es lo único que yo te puedo decir porque no (…) mejor dicho, me acaban», dice el oficial.

El policía intentó contactar minutos después a la periodista sin éxito, pero cuando ella devolvió la llamada Dávila ya estaba muerto.

En medio del escándalo la revista local Semana publicó unas grabaciones en las que se escucha a Benedetti amenazando a Sarabia con revelar financiaciones ilegales a la campaña de Petro por unos 3,5 millones de dólares.

La autoridad electoral investiga el origen de esos fondos y la presunta financiación irregular de la campaña del presidente.