La NASA tiene previsto revelar este miércoles una nueva imagen tomada por el telescopio espacial James Webb, exactamente un año después de publicar las primeras instantáneas del cosmos.

El 12 de julio de 2022, la agencia espacial estadounidense reveló las primeras imágenes en color de su nuevo observatorio espacial que mostraban nebulosas y cúmulos de galaxias impresionantes.



Esto marcó el inicio de las operaciones científicas de esta joya tecnológica, situada a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra.



No se ha filtrado nada sobre esta nueva imagen sorpresa.

La NASA repasará el primer año de descubrimientos durante una retransmisión de vídeo en directo a través de internet, y ha programado actos locales en todo Estados Unidos.

Desde hace un año, James Webb deslumbra a los astrónomos con imágenes de una precisión sin precedentes. Captó la galaxia más lejana jamás detectada, midió por primera vez la temperatura de planetas rocosos lejanos similares a la Tierra y observó estrellas y agujeros negros muy jóvenes.

James Webb ha cambiado la idea que tenemos del universo y sus observaciones han dado lugar a un mar de estudios científicos.

Una de las principales misiones del telescopio es explorar el universo. También examina los exoplanetas, es decir, los planetas situados fuera del sistema solar y ayudará a comprender mejor la formación y el ciclo de vida de las estrellas.

Entre las imágenes espectaculares que nos regaló figura la de los emblemáticos «Pilares de la Creación», inmensas estructuras de gas y polvo repletas de estrellas en formación, a 6.500 años luz de la Tierra, en nuestra galaxia, la Vía Láctea.

El observatorio costó 10.000 millones de dólares y décadas de trabajo. Es el sucesor del telescopio espacial Hubble, aún en funcionamiento, pero a diferencia de este, que observa el universo principalmente en el espectro visible, James Webb opera en infrarrojos.

Esto le permite detectar una luz mucho más débil y, por tanto, ver mucho más lejos.

Como esta longitud de onda es imperceptible al ojo humano, las imágenes «se traducen» a colores visibles.

James Webb dispone de combustible suficiente para funcionar durante 20 años.