Al menos 31 reclusos murieron en una cárcel de Guayaquil, en medio de un nuevo estallido de violencia que se extendió hasta las calles de fronteriza provincia de Esmeraldas, en el noroeste de Ecuador, en una jornada de zozobra que deja vehículos incendiados, amenazas de bomba y un motín.



«Se eleva a 31 el número de fallecidos y a 14 el de heridos tras los enfrentamientos registrados desde el sábado al interior de la Penitenciaria del Litoral, en Guayaquil», señaló la Fiscalía en la red social Twitter, ahora X.

En principio, la entidad había reportado 18 muertos y 11 heridos, incluido un policía, por un enfrentamiento entre bandas que inició el sábado y se extendió hasta este martes, cuando 2.700 uniformados -entre policías y militares- ingresaron al centro para retomar el control.



La masacre en la cárcel conocida como Guayas 1 llevó al presidente Guillermo Lasso a declarar en emergencia por 60 días al sistema penitenciario.

Desde febrero de 2021, más de 420 reclusos han sido asesinados en medio de violentos enfrentamientos que dejan escenas de cuerpos decapitados e incinerados.

A la par del operativo en Guayaquil se desataron focos de violencia en la provincia de Esmeraldas, fronteriza con Colombia, y su capital del mismo nombre. El gobierno lo atribuyó a su combate contra los grupos criminales que operan desde las prisiones y se disputan las rutas para el narcotráfico.

«El estado de excepción en los centros de privación de libertad para enfrentar al crimen organizado y poner orden en las cárceles ha generado la reacción de grupos delictivos en Esmeraldas», señaló la Secretaría General de Comunicación (Segcom) en un comunicado.

En medio de la emergencia carcelaria, reclusos de Esmeraldas protagonizaron este martes un amotinamiento que deja «15 guardias y dos funcionarios administrativos retenidos», según la Segcom.

– Un mal «diseminado» –

Alertas de bomba en gasolineras y un artefacto explosivo desactivado en una sede de la Fiscalía obligaron a suspender la jornada laboral y escolar en la ciudad de Esmeraldas. En reportes de medios locales se observaban negocios cerrados y personas movilizándose a pie por falta de transporte.

El gobierno también informó de un bus y dos vehículos incinerados en las vías. Delincuentes tomaron una cantidad no especificada de rehenes, que luego fueron liberados gracias a la acción de la policía.

Para el experto en seguridad Luis Córdova la violencia es un problema que «está bastante (…) diseminado en el territorio nacional», sobre todo las provincias costeras.

«Esmeraldas viene convirtiéndose en un régimen de gobernanza criminal desde hace mucho tiempo atrás (…) ahí hay un control directo y abierto de grupos criminales», dijo a la AFP el director del centro de investigación sobre conflicto y violencia de la estatal Universidad Central.

Guayaquil, por otro lado, «se convirtió en un epicentro de violencia que llamó la atención a muchos en los dos últimos años por la ciudad y como puerto», expresó Córdova.

Con salida al Pacífico, Guayaquil es centro de operaciones del narcotráfico en Ecuador.

Ubicado entre Colombia y Perú, los principales productores mundiales de cocaína, el país lleva decomisadas 455 toneladas de drogas desde que Lasso asumió, en mayo de 2021. Ese año se registró el récord anual de incautaciones de estupefacientes, unas 210 toneladas.

– «No queremos más muertes» –

A raíz del enfrentamiento en la cárcel Guayas 1, más de un centenar de guías penitenciarios fue retenido en cinco prisiones y reclusos de 13 centros iniciaron una huelga de hambre.

El balance más reciente del gobierno señala que 120 de 137 agentes de seguridad penitenciaria fueron liberados. Más temprano el organismos encargado de administrar las prisiones (SNAI) había reportado 106 guardias libres.

En Guayaquil, familiares clamaban por información este martes. Algunos llevaban globos blancos con la leyenda «Queremos paz». Su temor es que los reclusos sean cambiados de celda o de prisión, lo que en el pasado ha desatado choques violentos en los centros penitenciarios.

«No queremos traslados, no queremos más muertes», expresó una mujer que buscaba a su esposo y pidió omitir su nombre.

El Observatorio de Prisiones, una red de académicos e investigadores, criticó en la red social X las medidas de Lasso.

«La militarización de las prisiones no es otra cosa que hacer del sufrimiento humano un espectáculo político», agregó la organización que busca la defensa de los derechos humanos para los reclusos.

Un reciente censo estableció que en las 36 cárceles locales, con capacidad para unas 30.000 personas, hay una población de 31.321 presos. La mayoría detenidos por narcotráfico.