El papa Francisco afirmó este sábado que los gobiernos «no tienen nada que temer» de la labor de evangelización de la Iglesia, en un discurso dirigido a los sacerdotes durante su visita a Mongolia, percibido como un mensaje para China.
«Los gobiernos (…) no tienen nada que temer de la labor de evangelización de la Iglesia porque ésta no tiene una agenda política», afirmó el pontífice en la Catedral de los Santos Pedro y Pablo de Ulán Bator, la capital de Mongolia.
En su primer acto público desde su llegada el viernes a Ulán Bator, el papa argentino, de 86 años, fue acogido con una ceremonia oficial y una guardia de honor en la enorme plaza Sukhbaatar, el nombre de un héroe revolucionario mongol.
La visita de Francisco busca apoyar a la pequeña comunidad católica del país, con apenas 1.400 fieles, entre ellos 25 sacerdotes y 33 monjas.
El domingo, el pontífice pronunciará un discurso durante una reunión interreligiosa a la que está previsto que asista el responsable de la Iglesia ortodoxa rusa de Ulán Bator. Después oficiará una misa en un campo de hockey sobre hielo.
Mongolia, que fue antaño parte del inmenso imperio fundado por Gengis Kan en el siglo XIII, ahora depende de Rusia que le suministra energía y de China que compra sus materias primas.