Algunos rusos ricos siguieron transfiriendo dinero a Suiza mucho después de comenzar la invasión de Ucrania, desveló el jueves una investigación del grupo de medios de comunicación Tamedia, que detalla el ejemplo de un directivo de una empresa pública que apoya activamente la guerra.
Según la investigación, la hija y la pareja de Alexander Ponomarenko, director de Mosvodokanal, empresa que abastece de agua potable la aglomeración de Moscú, depositaron «millones en Suiza, incluso después de comenzar la guerra».
La unidad de investigación del grupo analizó, en colaboración con varios medios, documentos rusos y datos de un gestor de activos de Zúrich que aparecieron en la red oscura tras un ataque informático.
En junio de 2022, cuando la ONU denunciaba en Ginebra las atrocidades contra los civiles en Mariúpol, la hija de Ponomarenko abrió «casi al mismo tiempo» una cuenta en el banco Reyl en Zúrich, en el que se ingresó «poco después» un monto de «9,5 millones de dólares».
En noviembre de 2022, su pareja poseía cerca de «26 millones de dólares en Julius Baer, y 4,5 millones en el banco Pictet».
Sin embargo, en marzo de 2022 Suiza había prohibido a sus bancos aceptar depósitos de más de 100.000 francos suizos (110.000 dólares) provenientes de ciudadanos rusos. Varios bancos, entre ellos Julius Baer, anunciaron incluso separarse de sus clientes rusos.
Pero estas restricciones pueden evitarse fácilmente, utilizando por ejemplo «pasaportes dorados».
La pareja y la hija de Ponomarenko disponen de un pasaporte o permiso de residencia en un país de la UE, lo que les permite no ser «consideradas como clientas ‘de Rusia'», indicó Tamedia.
Aunque Ponomarenko no está entre los rusos sancionados por los aliados de Ucrania, «la hija y la pareja del director de una empresa pública son personas políticamente expuestas» y por tanto «clientas de alto riesgo», declaró al grupo Tamedia Gretta Fenner, directora del Basel Institute on Governance, que ayuda a los gobiernos a localizar activos ilegales.
Suiza es regularmente criticada, especialmente por Estados Unidos que le reprocha no hacer lo suficiente para rastrear los activos de los oligarcas rusos.