El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, afirmó este miércoles que pedirá la detención y extradición de todos «Los Chapitos», como se conoce a los hijos del narcotraficante mexicano Joaquín «Chapo» Guzmán, como ya hizo con Ovidio Guzmán López.
Además de Ovidio el clan mexicano está formado por sus hermanos Joaquín, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán, que se encuentran prófugos.
Todos ellos, al mando del cártel de Sinaloa desde el encarcelamiento de su padre, que cumple cadena perpetua en una cárcel estadounidense, son acusados de cargos federales de tráfico de drogas en Estados Unidos.
«Obviamente hemos inculpado a los otros Chapitos», afirmó Garland, que también es secretario de Justicia, durante una sesión del comité judicial de la Cámara de Representantes del Congreso, sin querer entrar en detalles diplomáticos.
Todos Los Chapitos «han sido inculpados públicamente y por supuesto buscaremos la extradición y la detención de todos los que hemos acusado», dijo en respuesta a una pregunta.
Estados Unidos ha elogiado últimamente la colaboración de las autoridades mexicanas para la extradición de Ovidio Guzmán López, pero Garland estimó, como han hecho en el pasado otros altos cargos, que la cooperación no es lo eficaz que debería.
«Yo diría que la cooperación siempre puede ser mejor; tenemos un problema enorme con respecto al fentanilo que viene de México, su fabricación allí, a partir de los precursores que provienen de China», declaró.
La agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) está en pie de guerra contra el Cártel de Sinaloa, al que considera como el principal responsable del tráfico de fentanilo.
Esta droga 50 veces más potente que la heroína ha causado buena parte de los 109.000 muertos por sobredosis en 2022 en el país.
Según Washington, los cárteles mexicanos negocian la venta y la importación de China de sustancias químicas llamadas precursores con las que fabrican este opioide.
Garland recordó no obstante que la detención en enero pasado de Ovidio Guzmán López se ha saldado con la muerte de «un número significativo» de miembros de las fuerzas de seguridad.
Diez militares y 19 presuntos delincuentes murieron en la operación de arresto, cuando integrantes del Cártel de Sinaloa intentaron rescatar a su jefe.