El barril de petróleo West Texas Intermediate (WTI), la variedad de referencia estadounidense terminó este miércoles en un máximo en un año, impulsado por una caída de reservas en Estados Unidos, que también empujó al Brent hacia los 100 dólares.
El WTI dio un salto de 3,63% para terminar en 93,68 dólares, un pico desde fines de agosto de 2022.
En tanto el barril de Brent del mar del Norte para igual entrega ganó 2,75% a 96,55 dólares.
Ya en positivo en la apertura, el petróleo aceleró el paso tras la publicación del informe semanal de reservas estadounidenses por parte de la Agencia de Información sobre Energía (EIA).
En la semana que terminó el 22 de setiembre, las reservas comerciales de crudo cayeron 2,2 millones de barriles (mb), según la EIA, mucho más que los 900.000 barriles esperados por los analistas.
Esta reducción de stocks ocurre a pesar de que la actividad en las refinerías, y por lo tanto el volumen de producción de destilados cayó. La tasa de utilización de estas instalaciones se ubicó en 89,5%, un mínimo en seis meses.
Las importaciones de crudo crecieron 11% en una semana, otro factor que tiende a aumentar las existencias.
Para sorpresa del mercado, «todas las cifras deberían arrojar un alza» de stocks, y no un descenso, expresó Robert Yawger, de Mizuho, para quien los datos de este miércoles son «un enigma» al que se suma también una caída de las exportaciones.
«Soy escéptico sobre estos números», se inclinó a decir Matt Smith, de Kpler. «No creo en este reporte», enfatizó.
Pero «los operadores especulativos se burlan bastante de todo esto», añadió en su explicación Yawger. «Solo les interesa la cifra principal (la caída de reservas comerciales) y reforzarán sus posiciones a la compra», presionando los precios al alza.
El mercado también anotó que el nivel de reservas en Cushing (Oklahoma), principal terminal de despacho de WTI en Estados Unidos, cayó a un mínimo en 15 meses.
Que el Brent pase la cota simbólica de los 100 dólares por barril para el Brent «parece inevitable», señaló Matt Smith.