Todo tiene una fecha de caducidad, también el amor. A veces, ese final llega más pronto de lo esperado, pero normalmente se puede intuir a través de pequeñas señales.
Puede que a uno de los dos se le agote antes la pasión o que busque con ansia los brazos de otra persona, lo que puede derivar en una infidelidad. Sea como sea, hay muchos motivos por los que las parejas rompen, al igual que otros tantos por los que siguen cuando en realidad deberían abandonar.
Es triste poner fin a una relación y, por ello, muchas uniones caen en una especie de autoengaño compartido. Al final, es muy cómodo tener ahí ese soporte emocional (y en ocasiones económico), por lo que la idea de tener que enfrentarte de nuevo a toda tu vida tú solo se puede antojar difícil.
Entonces aparecen las excusas para no dejarlo.
Aquí van algunas de las razones, recopiladas por la revista Best Life, por las que ciertos vínculos no se rompen, sea por comodidad, autoengaño o sentimientos mucho más profundos.
Te sientes culpable
La razón más común por la que aguantan ciertas parejas pese a todo. La sola idea de dejar a la otra persona bloquea al individuo, pues sabe que se lo tomaría tan mal que no podría dejarla así como así.
Pero el amor no debe prevalecer a costa de la lástima. «Sentirse culpable por querer cortar al sentir que debes algo a tu pareja es un mal motivo por el que seguir», asegura Adrich Chan, psicólogo estadounidense. «Lo importante es priorizar la propia felicidad y el bienestar». Además, si tan culpable te sientes, piensa la situación desde el punto de vista del otro: está contigo porque sabe que no soportarías la idea de pertenecer a su lado.
Sientes presión social por seguir
Una pareja no solo es una relación de dos, sino que también entran en juego otras personas.
Por ello, es posible que retrocedas ante la posibilidad de dejarlo debido al qué dirán de amigos en común o familiares. «Decidir continuar por presiones externas, como las expectativas familiares o el miedo a ser juzgados, no es nada sano para la relación», sostiene Chan. «Vuestra unión debe estar basada en sentimientos propios y el deseo de querer proseguir, no lo que piensen los demás».
Por miedo a la soledad
Otro de los motivos más comunes por el que dos personas pueden continuar en una relación amorosa cuando en realidad estarían mejor separadas.
El hecho de no poder tolerar la soledad, sobre todo si hace mucho tiempo que no has experimentado la soltería, puede hacer que sigas en una relación de lo más tóxica debido a tu imperiosa necesidad de permanecer al lado del otro a toda costa, es decir, a pesar de todo lo malo que suceda entre vosotros. Antes de buscar compañía, asegúrate de estar plenamente a gusto y satisfecho contigo mismo.
Tienes miedo al cambio
«El cambio puede intimidar, y algunas personas pueden acabar permaneciendo en una relación simplemente porque temen a lo desconocido», asegura Chan.
En este sentido, es algo similar a cuando estás en un mal trabajo, pero no lo dejas porque temes que la alternativa sea peor. Como dice el refrán, «más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer». Sin embargo, este no es un buen pretexto para continuar en una relación de pareja. Revisa tus prioridades en la vida y lo que buscas en otras personas para dilucidar si realmente quieres continuar o buscar la felicidad en otro lugar.
Dependes económicamente de él o ella
A las relaciones amorosas muchas veces les unen otros motivos que no son del todo emocionales, sino también económicos.
Un alquiler, un negocio juntos o simplemente el hecho de no poder ganarte la vida por ti mismo. Estas son razones de peso que pueden evitar que la decisión de despediros de mutuo acuerdo se dilate en el tiempo.
«Es necesario buscar la independencia financiera para poder apostar por relaciones donde lo emocional prevalezca sobre lo económico», recalca el experto.
Al igual que ocurre con la soledad, si no puedes mantenerte por ti mismo, mejor revisa primero ese apartado de tu vida antes que seguir en una relación solamente por una cuestión de subsistencia material. | El Confidencial