Estados Unidos afirmó este jueves que no vislumbra «un cambio en las relaciones diplomáticas» con Venezuela tras el acuerdo entre el mandatario Nicolás Maduro y la oposición.
«Nosotros estamos, sí, considerando la invitación de visita de Francisco Palmieri, pero yo creo que no estamos listos para definir la posibilidad de un cambio en las relaciones diplomáticas más allá del proceso de transición democrática», dijo el jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, Brian Nichols.
Palmieri, jefe de la misión diplomática para Venezuela, radicada en Colombia desde 2019 debido a la ruptura de relaciones entre Washington y Caracas, ha sido invitado por Maduro a visitar el país.
«Lo espero pronto aquí en el palacio de Miraflores», dijo el líder chavista el miércoles por la noche.
Poco antes el gobierno del presidente estadounidense Joe Biden levantó temporalmente sanciones al petróleo, el gas y el oro de Venezuela, como premio por un acuerdo alcanzado entre el gobierno y la oposición sobre las condiciones para las elecciones presidenciales de 2024.
El enfoque de Estados Unidos «es múltiple», aseguró Nichols en una rueda de prensa virtual en español.
El «propósito», añadió, es una «Venezuela con más democracia, más libertades» en la que no habrá «tanta crisis humanitaria y social», lo cual «va a aliviar las presiones migratorias».
– «Cambios positivos» –
A poco más de un año para las presidenciales de 2024, aflojar la crisis migratoria en la frontera con México es una prioridad para el gobierno de Biden, que esta semana reanudó la «repatriación directa» de migrantes venezolanos a su país, previo acuerdo con Caracas.
El levantamiento parcial de sanciones podría revertirse si Maduro incumple su parte del trato, que implica respetar una hoja de ruta electoral y liberar a los presos políticos y a los tres estadounidenses «indebidamente detenidos» en el país.
Por el momento Caracas ha dado un paso al frente con la puesta en libertad de cinco «presos políticos».
«Estamos viendo cambios positivos y somos muy optimistas para el futuro en Venezuela», afirmó Nichols, quien recalcó que el objetivo es apoyar «un proceso» y no a un candidato.
«Nosotros estamos en un proceso de apoyar a la democracia en Venezuela en su conjunto (…) Yo respeto mucho a María Corina Machado, pero nuestro propósito es apoyar un proceso democrático y no a una persona específica», dijo.
Corina Machado es la favorita para ganar las primarias de la oposición el domingo, pero no podría formalizar su candidatura contra Maduro pues sobre ella pesa una prohibición para ejercer cargos públicos durante 15 años.
Y el tema de las inhabilitaciones políticas no figura en el acuerdo con el gobierno alcanzado en Barbados.
– «Ni chantajes, ni sobornos» –
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, afirmó el miércoles que confía en que el gobierno venezolano resuelva este asunto «antes de finales de noviembre» e insistió en que «el incumplimiento de los términos de este acuerdo llevará a Estados Unidos a revertir las medidas».
«Espero que no lleguemos a eso», dijo Nichols, y que se avance hacia «una relación económica entre Estados Unidos y Venezuela más normal».
Maduro, acostumbrado a declaraciones incendiarias contra Washington, se mostró el miércoles más comedido.
No solo invitó al embajador, sino que calificó de «primer paso en la dirección correcta» el levantamiento de sanciones.
La reprimenda llegó de Jorge Rodríguez, jefe de la delegación gubernamental en las negociaciones con la oposición.
«A estas alturas -protestó- ya deberían saber que Venezuela no acepta presiones, ni chantajes, ni sobornos, ni injerencia de poder o de país alguno».