El G7 reafirmó este domingo su apego a un comercio internacional «libre y justo» y acusó a Rusia y a China de entorpecerlo, al tiempo que manifestó su preocupación por las consecuencias de la guerra en Oriente Medio.
Los ministros de Comercio de las principales democracias industrializadas, reunidos este fin de semana en Osaka (oeste de Japón), subrayaron la «necesidad fundamental de una competencia leal en las relaciones comerciales internacionales» y de un «sistema comercial libre y justo fundamentado en el estado de derecho».
Asimismo, «lamentaron y condenaron la destrucción, por parte de Rusia, de las infraestructuras de exportación de cereales ucranianos», después de que Moscú se negara en julio a prorrogar un acuerdo que permitía la exportación de granos ucranianos; y de que bombardeara infraestructuras cerealeras y portuarias en Ucrania.
Los ministros del G7 (Estados Unidos, Canadá, Alemania, Italia, Reino Unido, Francia y Japón) también pidieron la «derogación inmediata de todas las medidas que restringen inútilmente el comercio», sobre todo las importaciones de productos alimentarios japoneses, en una alusión implícita a Pekín y a Moscú.
China y Rusia suspendieron recientemente sus importaciones de productos del mar nipones a raíz del vertido en el mar de aguas tratadas de la central nuclear de Fukushima (noreste de Japón), arrasada por un tsunami en 2011. Un proceso que fue validado por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
«Es importante que las restricciones a la importación de productos alimentarios estén fundamentadas en datos científicos», señaló el G7.
La declaración final no menciona Oriente Medio pero la jefa de la diplomacia japonesa, Yoko Kamikawa, que copresidía el encuentro, declaró en rueda de prensa que existen «preocupaciones por si la incertidumbre crece aún más a causa de la situación reciente en Israel y en Palestina».