Como si fuera una trama del destino la inesperada muerte del ex -lanzador de Grandes Ligas y las Aguilas Cibaeñas Arnulfo – Nino- Espinosa se produjo el jueves 24 de diciembre de 1987, llenando de tristeza y dolor a su familia en un día de Noche Buena, que enlutó al beisbol dominicano con su partida a destiempo.
Eran las seis y treinta y dos minutos de la mañana del día de Nochebuena, de 1987, cuando horas después de un punzante dolor cardiaco expiró el legendario serpentinero, luego que se hicieran grandes esfuerzos para salvarle la vida tras sufrir un infarto al miocardio.
Espinosa que trabajaba como busca talento y director de la academia de los Cubs de Chicago en el país había estado en tratamiento debido por sus padecimientos cardíacos desde 1985, año en que inclusive estuvo unos cinco o seis días internado en un centro médico especializado en ese tipo de enfermedades.
Detalla Rafael Baldayac que Nino, siempre se mantenía corriendo y haciendo ejercicios en la Academia de los Cachorros, que se encontraba en la ciudad de Moca.
Trascendió que el ex lanzador tuvo el primer ataque cardiaco un día antes de su fallecimiento, a las dos de la tarde, mientras se encontraba almorzando en el restaurant Vesubio de la avenida Tiradentes, en Santo Domingo.
Según la versión recogida, cuando el ex pelotero se sintió mal, se trasladó hasta la clínica Gómez Patiño para recibir las primeras atenciones médicas, expirando a las 6:32 de esa fatídica tarde el 24 de diciembre con apenas 34 años de edad.
Sus restos fueron velados en la residencia de su madre, en Villa Altagracia, población situada a 42 kilómetros de Santo Domingo, siendo sepultado en el cementerio municipal esta comunidad. Coincidencialmente su deceso se produjo el mismo día en que una hermana de él cumplía nueve años de haber fallecido.
El fenecido historiador Emilio –Cuqui-Córdova, en una semblanza sobre el ex lanzador aguilucho que este nació el sábado 15 de agosto de 1953 en Villa Altagracia y que desde temprana edad, probablemente a los 12 años, Arnulfo Acevedo Espinosa, hijo de Julito Acevedo y Altagracia Espinosa, era muy asiduo a la práctica del béisbol en el poblado de Villa Altagracia.
Allí, el mozalbete se destacó en la labor de lanzador derecho, sus envíos hicieron estragos en los bates de sus adversarios, a quienes dominaba con mucha facilidad.
Santo Alcalá y “Nino” Espinosa, el primer enfrentamiento de lanzadores criollos en MLB. El hombre, a medida que pasaba el tiempo, se fue puliendo y demostrando que poseía condiciones para convertirse en un pitcher de categoría. De tanto trabajar desde la lomita central y aprender todo lo relacionado al pitching box, integró algunos equipos amateurs de aquella época de los años 60.
En su tiempo de jugador activo, Nino medía 6 pies y 1 pulgada de estatura, y pesaba alrededor de 186 libras.
Es bueno destacar que Nino fue una persona muy agradable, de buen temperamento, muy jovial, que siempre estaba dispuesto a compartir con sus amigos y la gente de la prensa. Hasta el último día de su vida se mantuvo siendo cordial y amistoso.
Nino actuó en muchas series y campeonatos y en todas ellas supo distinguirse, sus actuaciones en rol de serpentinero fueron positivas. Hubo un torneo en que nuestro protagonista venció en 10 ocasiones y resultó con mejor promedio de efectividad, lo que provocó que los Mets de New York lo firmaran el 30 de septiembre de 1970.
Los neoyorquinos lo asignaran en 1971 al equipo “Key West” de la Liga de la Florida, donde en ese primer año ganó 6 juegos, con efectividad de 3.44. Al año siguiente, 1972, militó con el “Pompano Beach”, tomando acción en 40 partidos, de los cuales salió ganador en 8 oportunidades.
Nino Espinosa, el trigésimo sexto dominicano en arribar al beisbol de Grandes Ligas, fue un lanzador muy fajador. El nativo de Villa Altagracia se mantuvo como monticulista durante 13 años en la liga dominicana, otros 7 por las menores y saboreó las Grandes Ligas 8 temporadas.
En la organización de los Mets de Nueva York luego de 4 años en las menores debutó con ellos en Grandes Ligas el 13 de septiembre de 1974 a la edad de 21 años, según destaca un trabajo sobre los peloteros dominicano el periodista Héctor J. Cruz.
Con los Mets debutó como iniciador lanzando 8 innings de 8 hits y 3 carreras ante los Cachorros de Chicago. Ese fue un año de dos aperturas y tuvo otras dos en 1975 totalizando 0-1 en ganados y perdidos en ese período. Eso, mientras lo hacía bien en las menores.
En 1976 tuvo más oportunidad de juego actuando en 12 partidos, cinco como abridor y ahí tuvo récord de 4-4, pero el pico de su corta carrera llegaría en los tres años siguientes cuando fue pitcher de rotación.
En 1977 tuvo 10-13, 3.42 con 105 ponchados, en 1978 tuvo 11-15 y 4.73 y al año siguiente 14-12 con 3.65, su mejor campaña.
Los Mets lo cambiarían a Filadelfia en marzo de 1979, allí permaneció por espacio de dos años y en agosto de 1981 le darían la baja. Firmó con los Azulejos de Toronto, pero eso no duró mucho.
Tan solo apareció en un partido el 23 de septiembre vs. Oakland y luego quedó libre. Se despidió de las Grandes Ligas con marca de 44-55, 4.17 de efectividad, en 820.1 innings permitió 865 hits con 338 ponches.
En las menores trabajó mucho en 7 campañas, terminando con 49-45, 3.45.
La Liga Dominicana fue otra historia para él, mucho mejor. Lanzó 13 años con las Águilas y su cuadro estadístico dice lo importante que fue para el equipo aguilucho de los 70.
Tuvo una media de 14 aperturas en 7 campañas, lo cual es mucho para un lanzador en Lidom. En 1975-76 fue líder de aperturas con 15, en victorias con 8, juegos completos 5, innings 103.1. Su marca fue de 48-39 con 3.47 en 122 inicios.
Espinosa fue además parte del equipo campeón de las Águilas Cibaeñas cinco veces. Celebró la corona en las campañas 1974-75 en su año de novato, 1975-76, 1977-78, 1978-79 y 1985-86 en su año de retiro del beisbol dominicano.
A los nueve años de su partida Nino Espinosa fue llevado al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano en el ceremonial número 30 celebrado el domingo 20 de octubre de 1996, realizado en el Hotel Jaragua.
En esa ocasión entró a ese sitial de honor, acompañado de figuras deportivas, tales como Juan Núñez, Rafael Ávila, Fidencio Garris, Pablo de la Mota, César Portorreal, Teodoro Martínez y Mayra Paulino.
Nino Espinosa tuvo buena labor durante 3 años consecutivos en Grandes Ligas (1977, 78 y 79)
En los ocho años del dominicano en las Mayores, participó en 139 partidos, en los cuales lanzó en 821 entradas. En todo ese trayecto hizo abanicar a 338 bateadores y su récord de ganados y perdidos tuvo una puntuación de .444, producto de 44 triunfos y 55 derrotas.
Sus grandes años fueron en 1977, 1978 y 1979, temporadas aquellas en que el ídolo de Villa logró ganar 10, 11 y 14 juegos, de manera consecutiva. Pero en 1980 llegaron las lesiones y ya no pudo continuar obteniendo muchas victorias. Su brazo estaba cansado, aun cuando pudo seguir jugando en dominicana hasta 1986, un año antes de ser llamado por quien nos da la vida.
Espinosa en el beisbol invernal participó 6 series finales y 5 coronas como miembro del equipo aguilucho donde accionó en 13 temporadas. Participó en 8 postemporadas. Líder de todos los tiempos en victorias en serie regular en AC con 48, más 5 en postemporada, para un total de 53.
Nino es el único en la historia de Series del Caribe, de ambas etapas y de cualquier nacionalidad, en conseguir blanqueadas en salidas consecutivas, su única en 1978 y su primera en 1979, teniendo como receptor en ambas ocasiones a Manny Lantigua.