La salud del papa Francisco, que renunció a viajar a la COP28 de Dubái por una bronquitis, «está mejorando», indicó el Vaticano este sábado.
«El papa no tiene fiebre y continúa con la terapia adecuada», precisó la Santa Sede en un comunicado.
El pontífice argentino, de 86 años, renunciará sin embargo a presidir el Ángelus desde la ventana del palacio apostólico de la plaza de San Pedro, en Roma, para «evitar exponerse a los cambios de temperatura».
Al igual que el domingo pasado, rezará el Ángelus desde su residencia privada. La oración será retransmitida en pantallas colocadas en la plaza San Pedro, según el Vaticano.
El papa presidió el miércoles su audiencia semanal con dificultades para respirar y con cansancio, y pidió a un asistente que leyera el texto en su lugar.
Francisco, que en su juventud fue sometido a una ablación parcial de un pulmón, se vio obligado a anular su esperada visita a Dubái para participar en la conferencia de Naciones Unidas sobre el clima.
El número dos del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, viajó a Dubái en lugar del papa y leyó el sábado su discurso, en el que pidió a los participantes de la COP un «punto de inflexión» para acelerar la transición ecológica.
Francisco, que tendrá 87 años en diciembre, sufrió varios problemas de salud, entre otros en las rodillas, caderas y en el colon.
En junio fue sometido a una operación en el abdomen y en marzo, fue hospitalizado tres noches por una bronquitis.
El pasado sábado anuló varias audiencias a causa de un «ligero estado gripal».