Carlos Goico fue uno de lo más singulares pintores independientes, alternativos o malditos (como usted prefiera) de la Zona Colonial en Santo Domingo, territorio en el cual mostró desde su aparente falta de lucidez y su excesivo talento, cuanto de coherencia radica en la nada mental.
Partido en 2009, Carlos Goico fue un ejemplo de autenticidad artística, armado de pinceles artesanales, de papel obtenido de muchas formas, para configurar una obra guerrillera, contestataria y firme, derrochada en su colorido, derramada en sus formas irreverentes, trabajando en donde fuera posible: espacios públicos y cafeterías, en las que se asentaba para pintar, mientras los comensales que le conocían se admiraban de su velocidad creativa.
Hoy, solo algunos blogs lo recuerdan, como el https://whoiscarlosgoico.tumblr.com/., se llegaron a rodar algunos documentales porque su figura como tema era un desafío para cualquier artista que se respete.
En calles famosas como El Conde, 19 de Marzo, Sánchez, Santomé, Padre Billini y barrios reconocido desde hace mucho las recorrió como vagabundo; durmiendo en los mismos bancos donde pintaba y sobreviviendo con lo poco que podía obtener de sus pinturas.
Carlos Alberto Goico había nacido el 14 de noviembre de 1952 y dejó este mundo, en medio de la pobreza más extrema y sarcástica al tenor del despreciado valor de su obra de retratos, 10 de julio de 2009).
Pintor expresionista autodidacta nacido en Santo Domingo, República Dominicana. Enfermó de la mente por un acontecimiento exterior: su madre, doña Gina, atropellada en un accidente de tráfico.” Estuvo incluso en el manicomio del kilómetro 28 y allí fue profesor de pintura.
Goico fue sometido a “tratamientos invasivos que incluyeron al menos una lobotomía” durante sus estancias en las instituciones mentales.
Sus lienzos, a veces eran sábanas de moteles locales pintadas con grandes trazos hecho con sus dedos; ya que no disponía de una brocha.
Para inspirarse frecuentó los talleres de reconocidos pintores dominicanos como Eligio Pichardo, Ada Balcácer y José Cesteros.
Autorretrato de Goico, 2009. Imagen vía Jose Levy.
Muchas de sus obras consisten en retratos y rostros: detallados por los ojos abiertos ampliamente.
Extrañas abstracciones y figuraciones; inquietas e impactante, pero atractivo. En su arte, Goico liberó sus demonios y sueños internos mientras entablaba conversaciones con alguien o algo, que solo él podía escuchar.
Goico rechazó los cánones académicos y el establecimiento de arte elitista en República Dominicana.
Se autodenominó El pintor maldito, según el artista, “porque el pintor maldito es el pintor que la sociedad no lo quiere, y no quiere la sociedad”.
En 1976, presentó su primera individual en la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña. Esto es seguido por tres muestras más entre 1983 y 1986, lo que aumenta su popularidad, a pesar de que continuó siendo un artista autoexcluido de la sociedad.
Las exhibiciones notables a lo largo de los años 1990 y 2000 incluyen; Biblioteca Nacional (1990), XVII Bienal Nacional de Artes Visuales (1990), Concurso E. León Jimenes; Universidad de Puerto Rico / Simposio Afroamérica y su Cultura Religiosa (1997) y el Centro Cultural de España (2002).
Créditos
Las fuentes originales para esta data: los críticos Fernando Casanova, Danilo de los Santos, Inés Aizpún, Amable López Meléndez, el distribuidor de arte Thomas Connelly, el distribuidor de arte Radames Rivera y el documentalista Rodrigo Montealegre.
La mayoría de las imágenes utilizadas para este artículo son de un blog creado por el sr. Connelly, https://whoiscarlosgoico.tumblr.com/.