A propósito de la exposición Guillo Pérez, Centenario. Obras de la colección Portela Bisonó, en el Centro Cultural Banreservas, es una selección de obras del maestro de la pintura dominicana, gira en torno a uno de los principales referentes de las artes visuales. La muestra estará todos los dias hasta el 21 de enero próximo.

Esa muestra conduce a la interrogante: ¿Cuáles son las principales claves para entender y disfrutar la obra de este maestro?



La primera es comprender la trascendencia de su obra al recorrer varias etapas creativas del maestro y tener una visión panorámica de los pasillos que recorrió, todos claramente diferenciado y expresivos del sentido de búsqueda artística.


La segunda, adentrarse, desde el silencio del espectador, en un mundo de formas ya impresionistas, ya subjetivas, ya simétricas o dadas al expresivo multiforme de un talento que no puede ser clasificado.



La tercera es sentir vivo el pincel de un maestro, que ratifica el criterio de que la obra tanto de pintores como de escritores, no muere nunca y trasciende a sus pasos en la vida terrenal. La obra de Guillo Pérez lo reivindica, lo replantea, logra conmover el alma de quien se detiene ante este universo de color y formas administrados por un pincel desbocadamente creativo.

La oportunidad de contemplar estas obras, hace se resuelve en hacer conciencia de la maestría que tiene el pintor de Santiago, en el singular manejo del color, las formas, los conceptos y ambientes de la identidad nacional, expresiones que plasma en primer lugar por su dominio técnico del dibujo como base técnica.

Su galería de arte, tiene el enlace: https://www.galeriaguilloperez.com/

Quienes llegaron a la parte final de su obra, en la cual eran temas frecuentes el ambiente del ingenio con sus carreras, bueyes y labriegos solitarios, o sus gallos encendidos de colores en un plumaje que nadie como Guillo Pérez supo plasmar, no se dieron cuenta de que, todo era precedido por una obra pictórica de base académica en la cual la gestión de formas, líneas y colores, nada tenían que ver con su obra ilustrativa del final de su carrera.

Pérez prefería el óleo sobre tela, y utilizaba espátula para lograr fuertes empastes. Su estilo se basaba en el expresionismo abstracto. Trabajaba, indican los críticos, en un estilo más estructurado, ordenando en la tela con símbolos reconocibles.

Guillo Pérez tiene un espacio delimitado y propio en la pintura dominicana, aun cuando en función de la trascendencia de sus obras, refiere la categoría de pocas firmas en la pintura dominicana: Yoryi Morel, Cándido Bidó, Ramón Oviedo, Darío Suro y Fernando Ureña Rib.

Las obras de la etapa de primera generación del Maestro, muestran un vigoroso pincel que recreaba imágenes basadas en su esquema rectilíneo, en el logro de tonalidades de color y alejado del figurismo de lo cotidiano. Pérez, para conocedores del arte visual dominicano es un referente con una variada gama de etapas creativas

Guilló Pérez nos deja una de sus autorreflexiones: “La fuerza de mi tierra es lo que me motiva a pintar. El color del trópico, la gloria del mar y los campos de caña, la dura labor de sus hombres son mis fuentes de inspiración. El universo de mi pintura es mi isla antillana”.

El crítico Cándido Gerón, en un estudio, sostiene: Guillo Pérez fue uno de los más altos maestros de la pintura dominicana de los últimos cien años. Su personalidad poseía un aire de dignidad al estilo de los grandes maestros clásicos de Hispanoamérica”.

Y agrega que en sus “composiciones plásticas pobladas de símbolos expresionistas la materia le proporciona una perfección que encaja perfectamente con el historicismo de un arte de objetividades”.

La exposición Guillo Pérez, Centenario. Obras de la colección Portela Bisonó”, constituye un atractivo demostrativo de un talento excepcional que debe ser aprovechado por estudiantes de pintura, artistas visuales y muy especialmente por el público familiar para acercar a hijos e hijas, a conocer expresiones de nuestro arte visual, para fomentar la capacidad interpretativa, el deleite estético  y  la conciencia crítica del espectador y el gusto por las mejores expresiones artísticas.