Los neerlandeses podrán el viernes consumir cannabis legalmente por primera vez en dos ciudades del sur del país, en el inicio de una prueba de varios años que despenaliza la producción y suministro de esta droga en los famosos «coffeeshops».
Al contrario de la creencia popular en el extranjero, la venta y consumo de hachís, hierba y sus derivados no son legales en Países Bajos, que desde hace décadas atrae a fumadores de cannabis del mundo entero.
Desde los años 1970, las drogas blandas son «toleradas» y «las autoridades optaron por no perseguir a los infractores», según la página web del gobierno.
Hasta ahora ha sido totalmente ilegal cultivar cannabis en Países Bajos o suministrarla a los populares establecimientos de venta y consumo.
Por ello, toda la cadena de suministro de cannabis de los cerca de 570 «coffeeshops» en el país ha funcionado en la clandestinidad durante décadas, mientras que las autoridades locales se han quejado de la pequeña delincuencia y el comportamiento antisocial.
El experimento de cuatro años, que busca resolver esta «zona gris» jurídica, comienza el viernes en las ciudades sureñas de Breda y Tilburgo, y se prevé extenderlo a otras regiones del país.
Es un «momento histórico», dijo el ministro de Salud, Ernst Kuipers, mientras observaba como llegaba la primera entrega de cannabis legal al «coffeeshop» Baron en Breda.
Diez productores fueron escogidos, y el cannabis suministrado a los «coffeeshops» será estrechamente controlado.
La iniciativa tiene dos objetivos y sus resultados serán analizados por expertos: ver si es posible regular la cadena de suministros y si permite reducir la pequeña delincuencia y comportamiento antisocial. También se analizará el impacto en la salud pública.
«Las organizaciones criminales tomaron el control de este mercado criminal y por eso los dueños de los ‘coffeeshops’ dependían» de ello, dijo Paul Depla, el alcalde de Breda. «Esto tenía que acabar», agregó.
– «Producto mucho más seguro» –
«Para mí es un momento histórico para el cannabis en Países Bajos», declaró Ashwin Matai, jefe de cultivos de Hollandse Hoogtes, uno de los productores escogidos para el experimento.
«Será un producto limpio, probado, sin pesticidas, sabemos exactamente lo que entra y lo que sale, por lo que el consumidor tendrá un producto mucho más seguro», aseguró a la AFP.
La iniciativa neerlandesa se enmarca en una tendencia más global.
La vecina Alemania aprobó una ley que legaliza la compra y posesión de cannabis con fines recreativos.
Los adultos pueden poseer hasta 25 gramos y cultivar hasta tres plantas.
La droga blanda está disponible en algunas farmacias de Suiza, que también está debatiendo la despenalización de su uso recreativo.
Asimismo, el uso recreativo del cannabis por parte de adultos es legal en unos 20 estados de Estados Unidos.
Una incógnita que pesa sobre esta experiencia neerlandesa es la victoria electoral del líder de extrema derecha Geert Wilders en las elecciones legislativas de noviembre.
Su Partido por la Libertad quiere abandonar definitivamente la política de «tolerancia», cerrar los «coffeeshops» e impulsar unos «Países Bajos sin droga».