A seis kilómetros del parque Libertad de San José de Ocoa se encuentra la comunidad Parra, la más cercana, pero al mismo tiempo la más olvidada durante años por las autoridades, municipales y nacionales.

Allí, los padres se empeñan en sacar adelante a los suyos con la fuerza de sus manos y el sacrificio de hacer parir la tierra, cosa que se dificulta al cosechar y no encontrar la forma segura y ágil de trasladar los productos a los mercados.



Sobreviven de la agricultura con la siembra y cosecha de varios rubros, entre estos, güandules, habichuelas, tomates, ajíes, maíz y aguacate, este último producto de gran demanda nacional e internacional.

La voz de algunas mujeres resuena como una “alarma mañanera”. Se trasladan de Parra y pasean las calles de Ocoa pregonando la llegada de los güandules verdes. A ellas se les conoce aquí como “Las guanduleras de Parra”.



Aunque la tecnología ha llegado a esta comunidad, muchos continúan viviendo en casas de madera y zinc; preparando sus alimentos en “fogones de leña”, con la base de tres piedras para colocar el caldero, instalados en el piso con trozos de maderas que provocan el fuego.

Es la imagen de una comunidad distante a solo 6 kilómetros del centro de la próspera ciudad de San José de Ocoa.

Las escasas oportunidades de desarrollo en Parra, no ha sido una limitante para muchos jóvenes, siendo conocidos por ser buenos estudiantes y poner en alto el nombre de su municipio.

De allí han surgido médicos, profesores, abogados, psicólogos, agrónomos, ingenieros y comunicadores, así como obreros calificados en distintas ramas.

El trayecto

Dirigirse a esta comunidad es una travesía que aterra y hace temer por la vida.

Resulta imposible llegar a ella sin antes cruzar dos ríos, cuando sus aguas están “en calma”. Las piedras sobresalen en todo el camino, provocando saltos juguetones cuando se avanza. El polvo del camino es otro factor imposible de evitar.

Rio Parra, uno de los dias que deben atravesar los comunitarios de Parra para poder llegar a la misma.ANLLY MATEO/LD

Según el profesor Enrique Mateo, un comunitario que ha presenciado las travesías y luchas que ha llevado a cabo la comunidad Parra, desde 1962, recuerda que en ese año llevaron el único grédar que ha dado condición al camino que los comunica con la civilización.

Cuando reporteros de LISTÍN DIARIO cuestionaron al profesor Enrique, en su hogar, sobre las condiciones de la carretera, aseguró que la vía “no está hecha porque no tiene presupuesto aprobado y las autoridades que tenemos se hacen los chivos locos”.

Durante varios períodos, dirigentes comunitarios han estado reclamando incansablemente la reconstrucción de esta carretera, pero entre tantas promesas, cuentan que nunca ha pasado a ser una realidad.

“En el periodo de Leonel se prometieron a Ocoa 42 obras, entre ellas la carretera de Parra, pero esta vía quedo solo en las promesas. Las autoridades no nos respaldan”, expresó Mateo.

Esta problemática se ha convertido en una limitante para los visitantes y el desarrollo de la comunidad, porque las personas evitan ir a Parra por la incomodidad que implica la falta de una carretera adecuada.

Más promesas

En la actual gestión presidencial, en 2021, se iniciaron los trabajos de construcción de carreteras en diferentes zonas de la provincia San José de Ocoa, dando la primicia en Arroyo Palma-Bello Sobrante, para luego iniciar con las aceras y contenes en El Naranjal-Parra.

Aunque el pasado día 3 de diciembre, el presidente Luis Abinader inauguró en San José de Ocoa varias obras, incluyendo la carretera de Arroyo Palma-Bello Sobrante, no fue posible en el distrito municipal El Naranjal-Parra, debido a que los trabajos, apenas fueron iniciados.

“Hace un año y pico que pararon los trabajos de las aceras y contenes, sin dar una explicación, parece que lo que sobraba allá en la carretera de Arroyo Palma lo traían y al terminarse esa obra se paró aquí también”, expresó Mateo.

Amarilis Sánchez, una comunitaria que partió a Santo Domingo buscando nuevas oportunidades, manifestó su orgullo de ser oriunda de Parra, porque “decir que eres de Parra suele ser sinónimo de inteligencia, porque de allá han salido algunos de los mejores profesionales de Ocoa”.

Sin embargo, plantea con nostalgia que “necesariamente, hay que emigrar para conseguir un mejor futuro”.

Otras problemáticas

A pesar de que la principal preocupación es la falta de una carretera y un puente, para que los pobladores de Parra no se queden incomunicados cada vez que haya una tormenta o fuertes lluvias, allí hay otras necesidades que afectan el desarrollo de ese distrito.

Cuentan con la Escuela Inicial y Básica Altagracia Octavia Pimentel (Tatá), en la cual imparten docencia desde preescolar hasta sexto grado. Cientos de estudiantes han sido educados en este plantel.

María de Jesús, directora de esta escuela, expuso que “queremos que se aplique la tanda extendida, para que los niños y padres tengan el beneficio de la misma, así las madres jóvenes podrán trabajar sin ningún problema”.

De Jesús especificó que para esto se requiere una ampliación de aulas en el recinto educativo, mientras confirma que “estamos luchando para que hagan una cancha para que los niños tengan esa educación física, necesitamos también maestros de esta área”.

Otra necesidad es la de una cancha municipal de baloncesto. La actual estuvo en desuso durante muchos años, pero con el esfuerzo de los jóvenes, está siendo recuperada y necesitan la mano solidaria del ministerio de Deportes, para culminar la labor que iniciaron hace más de un mes.

Otra necesidad de Parra es una biblioteca, la existente en su momento llegó a ser un espacio acondicionado con computadoras y libros de diferentes ramas, hoy luce en condiciones deplorables, igual que el centro comunal, que era utilizado para impartir cursos técnicos y realizar actos masivos.

Los residentes en la comunidad Parra confían que en esta oportunidad llegara la inversión prometida por el Estado para hacer realidad un reclamo de más de 50 años: una carretera y un puente que al llover les garanticen comunicación y dejan atrás el temor a quedar aislados por cualquier aguacero.