Al menos 6.618 migrantes murieron o desaparecieron en 2023 mientras intentaban llegar a España, una media de 18 al día, informó el martes la ONG española Caminando Fronteras.
Esta cifra, que prácticamente se ha triplicado respecto a 2022, cuando hubo 2.390, es «el registro más alto» por la ONG desde que inició sus recuentos, declaró a la prensa en Madrid su coordinadora, Helena Maleno, quien criticó la falta de recursos para los equipos de salvamento en el mar.
A modo de comparación, un informe de la ONG publicado el año pasado registraba 11.200 migrantes muertos o desaparecidos al intentar llegar a España entre 2018 y 2022, una media de seis al día.
Este aumento de las tragedias migratorias se produce cuando el número de migrantes que llegaron ilegalmente a España casi se duplicó en 2023, hasta las 56.852 personas, debido a una afluencia sin precedentes en la ruta al archipiélago atlántico de las islas Canarias, según cifras del gobierno español.
Caminando Fronteras, que basa sus informes en llamadas de socorro de migrantes en el mar o de sus familias, contabilizó 363 mujeres y 384 niños entre las víctimas del año pasado.
La inmensa mayoría de las desapariciones de quienes intentaban alcanzar España (6.007 del total) se produjo en la muy peligrosa ruta entre las costas del noroeste de África y las islas Canarias, en el océano Atlántico.
Una travesía de varios cientos de kilómetros y varios días o semanas que los emigrantes realizan en embarcaciones precarias.
Según la ONG, la mayoría de los emigrantes desaparecidos (3.176) partieron de las costas de Senegal.
La ONG también contabilizó 611 muertos o desaparecidos el año pasado en la ruta migratoria que une Marruecos y Argelia con la costa sur de España.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que se basa en testimonios indirectos y artículos de prensa, contabilizó 914 desaparecidos el año pasado en la ruta migratoria hacia las islas Canarias y 333 entre Marruecos o Argelia y España.
La OIM subraya, sin embargo, que sus cifras son «probablemente» una subestimación «considerable» de la realidad, dada la dificultad de documentar estos naufragios y el hecho de que la mayoría de los cadáveres nunca se encuentran.